miércoles, 13 de mayo de 2009

Ntra. Sra. de Fátima

Hoy es 13 de mayo. Celebramos que hace 92 años que nuestra Señora se apareció a Jacinta, Francisco y Lucía en Fátima -puesto que fue el 13 de mayo de 1917 cuanto tuvo lugar la primera aparición-.
Damos gracias a Dios por permitir que su Madre Santísima pudiera aparecerse y pudiera dar esos mensajes que tanto necesitábamos y que debemos recordar constantemente. De esto último, más que agradecer, tenemos que pedir perdón, puesto que somos imperfectos y en ocasiones nos olvidamos de lo que la Señora nos dijo a través de aquellos tres niños.
Sigamos el modelo de María, que fue y es humilde, obediente, buena, intercesora nuestra, madre ejemplar, amiga, acompañante en nuestro camino, fiel, purísima, orante y piadosa, sincera, luchadora, protectora y defensora, dulce, discípula, constante, clara, sencilla… y un sin fin de calificativos que, con solo mirarla, debiéramos sentirnos humildes y mansos de corazón.
Nos encomendamos a su inmaculado corazón, nos acogemos a su amparo y protección y nos ponemos a sus pies. Porque para llegar a Jesús, tenemos que dejarnos conducir por Ella, que es la que nos lleva a su Hijo.
¿Qué podemos sacar de los secretos de Fátima? Considero que hay una palabra que puede englobar nuestra tarea. Penitencia. Y es que somos esos soldados del Señor que, combatiendo contra el mal, tenemos que llegar y llevar a todos a la Salvación que Dios nos ofrece. ¿Desanimarnos en la lucha? ¡Nunca!. Recordemos que María está con nosotros y está deseando que le pidamos ayuda para echarnos esa mano de la que tanto estamos necesitados. Su presencia es más poderosa que todas las fuerzas del mal. Y no olvidemos, que tenemos esa arma poderosa y a la vez tesoro de la Iglesia: El Santo Rosario.

Madre amantísima; ruega por nosotros.

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