sábado, 10 de septiembre de 2011

María... siempre presente

Estamos en septiembre, un mes mariano. El pasado día 8 celebrábamos la Natividad de la Virgen. El 12 celebraremos el Dulce Nombre de María. El 15, la festividad de Nuestra Señora de los Dolores. Y es que María, está presente siempre en nuestras vidas; y si no lo es, ya estamos tardando en que así sea.

En el Evangelio de hoy, Jesús nos dice dos cosas muy importantes:

La primera es que el árbol sano da frutos sanos, y el que está enfermo, es imposible que dé frutos sanos. Asimismo, el que es bueno, hará obras buenas. El que es malo, sólo mal podrá sacar. Porque “de la abundancia del corazón, habla la boca”.

María es el ejemplo a imitar por todos. La que tiene el corazón más limpio, puro, sano y bueno. De esta forma, así fueron y siguen siendo sus obras.

El otro punto a resaltar, tiene relación. Y nos dice, que el que construye una edificación sobre roca, por muchas tempestades que vengan, no se tambalea, porque tiene buenos cimientos. Sin embargo, el que lo hace directamente sobre tierra, llega el río y en seguida se derrumba, porque carece de cimientos.

Jesús es nuestra cimentación, sobre la que debemos construir y formar nuestra alma. Así, vengan las dificultades que vengan, nada nos puede derrumbar, porque estamos con Él.

María, es la persona que nos conduce a Jesús. De la misma manera que nadie conoce al Padre sino es por Jesús; no podemos conocer a Jesús si no es por María. Ella es la que nos guía por el camino correcto a seguir. Ella es la que nos lleva a Jesús. Ella es la que nos lleva, por tanto, a la Salvación.

María, Madre del Señor y Madre nuestra; sé Tú nuestra guía, no permitas que nos separemos de Ti. Condúcenos hasta Tu Hijo. Intercede ante Él, para que podamos ser esos árboles que den fruto sano y abundante. Que nuestros cimientos sean Jesús, porque con Él a nuestro lado, todo lo podemos y nada tememos. Riega nuestra tierra seca con tu buen hacer, con tu ejemplo. Que el Señor nos conceda un corazón puro y bueno, para que, a través de su Santo Espíritu, podamos hacer esas buenas obras que tanto necesitamos para la construcción del Reino.

Santa María; ruega por nosotros.

8 comentarios:

MDR dijo...

Amén.
Gracias!!

Rosario dijo...

Hola,me ha gustado tu entrada, la oración es preciosa.
Gracias por tu compartir.
Un abrazo.

Marian dijo...

¡Gracias Rafa,! preciosa reflexión.
Dios te bendiga.

Rafa dijo...

Muchas gracias por vuestras aportaciones. Poco a poco iré recuperando el ritmo, si Dios quiere.
El Señor os bendiga, un fuerte abrazo.
Rafa

Angelo dijo...

Hay una cosa que cada día me gusta más de la blogosfera. Comprobar el amor que muchos hombres y me refiero al género masculino, sienten hacia la Virgen. ¡Me emociona!
Un abrazo

Anónimo dijo...

María, Madre del Señor y Madre nuestra; sé Tú nuestra guía, no permitas que nos separemos de Ti. Condúcenos hasta Tu Hijo. Intercede ante Él, para que podamos ser esos árboles que den fruto sano y abundante. Que nuestros cimientos sean Jesús.Mil gracias que decir si todo lo has dicho que Dios te guarde y te bendiga unidos en oración y un abrazo GRACIAS

PEPE LASALA dijo...

Qué Oración tan bonita. Gracias por mostrárnosla a todos. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/

Anónimo dijo...

sé Tú nuestra guía, no permitas que nos separemos de Ti. Condúcenos hasta Tu Hijo.

Amén

Miriam