martes, 31 de mayo de 2011

María, nuestra Madre.

María, la Madre de Jesús y Madre nuestra, estando encinta, visitó a su prima Isabel. "Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!", fueron las primeras palabras de Santa Isabel, nada más oír la voz de la Virgen. Esas mismas palabras, hoy las repetimos en cada "Ave María" que rezamos. Y en verdad, es así. Ella es bendita entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de su vientre: Jesús.
Estando en los primeros meses de su embarazo, con todo lo que eso conlleva, María va a visitar a su prima, que también estaba esperando un hijo, al que hoy conocemos por San Juan Bautista; el que bautizó a nuestro Señor.
Dice San Lucas, que María se quedó con su prima unos tres meses, y luego volvió a su casa. Es decir, su embarazo avanzaba, y aún así, se quedó a ayudar su prima, que andaba más avanzada que Ella.

Pero lo más sorprendente, lo más maravilloso de este pasaje que hoy tenemos, es la oración, el cántico que salió de la boca y del corazón de la Virgen: El Magnificat.

En esta oración, lo primero que hace es una alabanza a Dios, admirando su grandeza, su poder, sus maravillas..., seguido de un gran acto de humildad por su parte. María no "se crece" al saberse la Madre de Dios, no. Todo lo contrario. Es más, tal y como le había dicho al ángel en la Anunciación, se hace esclava del Señor, y lo confirma en esta oración. A continuación, habla de la gran Misericordia de Dios, que no tienen fin. Sin embargo, aunque la Misericordia de Dios es infinita, también es infinitamente justo. Lo comprobamos en esta contraposición: Derriba a los poderosos, dispersa a los soberbios de corazón y enaltece a los humildes. A los hambrientos, los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Y finaliza, como no podía de ser de otra manera, con la esperanza en el Señor: Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Simplemente, maravilloso.

La Virgen es el ejemplo de humildad que debemos seguir. Ya en la alabanza primera, hace un gran acto de humildad; y es que reconoce la grandeza de Dios. Sólo Dios es Grande, sólo Dios es Todopoderoso, sólo Dios es Creador.

La Virgen es ejemplo de esclavitud. No sólo es la esclava del Señor, sino que se hace sierva de Isabel. Y cuando hablo de esclavitud, me refiero a servicial, a que brinda su ayuda. También a nosotros nos brinda esa ayuda constantemente, y no acudimos a Ella todas las veces que podemos. Hoy, nos lo vuelve a recordar.

La Virgen es ejemplo de obediencia de bien hacer. Nos advierte del Poder de Dios. Sabe lo que está bien y lo que está mal. Lo que agrada a Dios y lo que no quiere Dios de nosotros. Y nos lo muestra, nos lo enseña, para que no tengamos duda. Tanto es así, que hasta en las últimas apariciones, nos lo vuelve a decir: "Sed humildes". Y es que la soberbia, es el peor pecado, el primer pecado, y el que no somos capaces de quitarnos de encima ni porque Ella nos lo diga.

Por eso María, Madre nuestra, quiero agradecerte todo lo que haces por nosotros. En este último día del mes de mayo, he querido tener este detalle contigo. Un detalle que no quiere ser otra cosa que gratitud y pedirte perdón. Hoy acudimos a Ti, que nos brindas tu ayuda, para que nos alientes a seguir por el camino correcto. Tú, que tienes ese discernimiento que nosotros no tenemos, enséñanos hoy otra vez, lo que agrada a Dios para que seamos capaces de llevarlo a la práctica. Quizá lo que le agrade, sea que nos dejemos llenar de Él. Ayúdanos a eso, María. Pese a que nosotros a veces nos olvidemos de que estás ahí, Tú no te olvides de nosotros, porque somos unos necios que nos dejamos llevar por la soberbia, y nos alejamos de la humildad que debiéramos tener. No nos dejes, Madre, que sin Tí, andamos perdidos. Somos como esos niños traviesos que desobedecemos a nuestra Madre en nuestra ignorancia, pero que no por eso dejamos de quererla, y no dejamos de necesitarla a nuestro lado. Esos somos tus hijos, y Tú eres esa Madre paciente que nos ayudas las veces que hagan falta. Por eso también, queremos pedirte perdón. Por los momentos de desobediencia, de caprichos, de enfados absurdos, y de creernos imprescindibles y autosuficientes. Perdónanos, intercede ante tu Hijo por nosotros, y ten paciencia con nosotros.
Gracias de nuevo por ser nuestro ejemplo de humildad, de obediencia, de esclavitud... de Amor. Danos la gracia para que, también nosotros, podamos ir llevándolo a nuestras vidas, como hiciste Tú.

María, Madre nuestra; ruega por nosotros.

El Señor os bendiga.

martes, 24 de mayo de 2011

Auxilium Christianorum, ora pro nobis.

A pesar de que la jornada termina, hoy no podíamos dejar de felicitar a nuestra Madre, María Auxiliadora en su día grande.

Hay muchas historias acerca de la Virgen, pero hoy quiero traer una que me gusta mucho, y que quizá muchos conozcáis. Pese a que es 24 de mayo, no es una historia de Don Bosco, ni de la Virgen bajo la advocación de María Auxiliadora.

Dice así:
Santo Domingo predicó mucho el rezo del Santo Rosario. Un día le llevaron a un poseso, y Santo Domingo el rosario que llevaba siempre, se lo puso en el cuello a aquel hombre endemoniado. Luego preguntó a los demonios, que cuál era el Santo del Cielo que más temían; pero los demonios no contestaban. ¿La causa? Había mucha gente delante y no querían revelar el nombre. Sin embargo, Santo Domingo preguntaba una y otra vez, hasta que al final dijeron en voz alta: "¡La Santísima Virgen; nos vemos obligados a confesar que ninguno de los que perseveren en su servicio se condenará con nosotros; uno de sus suspiros vale más que todas las oraciones, las promesas y los deseos de todos los santos. Muchos cristianos que la invocan al morir y que deberían condenarse, según las leyes ordinarias, se salvan por su intercesión. Si no se hubiera opuesto a nuestro esfuerzo, hace mucho tiempo que tendríamos derribada y destruida a la Iglesia entera". El Santo hizo rezar el rosario a todo el pueblo, y los demonios marcharon, dando aspavientos.

En el Evangelio de hoy, Jesús nos dice "Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el Príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago".
El Príncipe del mundo, colabora para que nos alejemos, pero María, la Madre de Jesús, nuestra Madre Santísima, tiene el poder de apartar a los demonios de nuestro camino. Ellos, no pueden siquiera, escuchar el nombre de María, pues les atormenta.

María, Madre nuestra, después de esta historia, en la que, una vez más, intercedes por nosotros, sólo podemos darte las gracias por todo. Hoy te quiero pedir por todo el mundo en general; pero permíteme que señale especialmente a las víctimas de la violencia, de la injusticia y de las catástrofes naturales. Por todos esos hijos tuyos que están inmersos en el mundo de la droga. Y por todos los niños no nacidos.
Acógelos, ayúdalos, cuídalos, cálmalos, y llévalos a la hora de su muerte al Paraíso, junto a Tu Hijo Jesús, donde sólo reside el Amor; ese Amor, que salva al mundo alejado.

María, Auxilio de los Cristianos; ruega por nosotros.

El Señor os bendiga.

domingo, 22 de mayo de 2011

Esos locos bajitos

Lindando con mi casa hay un hotel. Ayer regresaba yo de hacer unas gestiones, cuando veo que el aparcamiento del establecimiento empezaba a llenarse. Lo primero que pensé fue: "Comuniones". Siempre hablamos en este término tan genérico. No sé por vuestros localidades, pero últimamente oigo expresiones del tipo: "Este año hago la Comunión", "Mayo es el mes de las Comuniones", "me han invitado a una Comunión que se celebra en tal sitio"... Ya no suelo oír "Primera Comunión". Pero si lo pensamos bien, Comuniones tenemos todos los días, y desgraciadamente, no salimos con esas ganas de celebración. Debe ser que la primera es la que hace ilusión, y las demás, como la tenemos siempre, la convertimos en una rutina.

Pero no quiero desviarme mucho del tema. Hoy quiero centrarme en los niños. Recuerdo mi infancia y veo que éramos todos más inocentes, mas... niños. Hoy día, por regla general, -y echo mano de otra expresión coloquial- "los niños nos dan mil vueltas a los que nos consideramos adultos". Han aprendido todo más rápido. Saben de informática más que el propio Bill Gates; de sexo el que no sabe, lo intuye; de televisión, saben más que José María Iñigo; de tiendas, controlan las marcas y los precios de todo lo que les gusta, especialmente moda y videojuegos. Y, desafortunadamente, la mayoría (no todos, gracias a Dios) no aprenden los valores que aprendíamos antes, ni tienen las infancias inocentes como las que tuvimos antes. Y lo digo yo, que si me remonto sólo una generación atrás... ni os cuento.

Pero todo esto que dicen saber y conocer, estará muy bien, pero no los hará crecer como personas.El capitalismo, el dinero, el mundo... también se apodera de estas pequeñas almas. En varias ocasiones me han comentado, curiosamente lo mismo: "Me han invitado a una Comunión, y he comprado un reloj, porque no sé que le iba a comprar. Estos niños de hoy, tienen de todo..." Es cierto, y en su, aún cabeza de niño, por mucho que quieran ser mayores, no pueden apreciar todo lo que tienen.

Celebrar la Primera Comunión, -siempre hablo de una mayoría, sabiendo que hay muchas excepciones- no es eso propiamente dicho. Es decir, se han estado preparando para recibir por primera vez a Jesús Sacramentado, y ellos piensan en los regalos que van a recibir; porque así los estamos educando y enseñando.

María, Madre nuestra. Ayer, y a lo largo de este mes de mayo que te dedicamos, muchos niños han recibido por primera vez la Sagrada Comunión. Para algunos habrá significado algo importante, para otros... no tanto. Te pido, que cuides de estos locos bajitos, que son la alegría de las familias, que serán de los que dependa el mundo mañana. Algunos, no volverán a confesarse, ni asistirá a celebrar Misa hasta el día de su boda o de su Confirmación. Es deber nuestro, lo sabemos, saber llevarlos por el camino correcto. Pero necesitamos de tu ayuda, de tu sabiduría, de tus consejos. Acaban de conocer a Tu Hijo, y ojalá se queden con Él, y con su Amistad siempre, para que, día a día, lo vayan conociendo más y más, y te vayan conociendo a Ti, Madre Santa.

Jesús dijo "Dejad que los niños se acerquen a mí". "Si no sois como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos". "El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una rueda de molino y lo arrojasen al mar". Es decir, Jesús, siempre ha defendido a los pequeños, a los indefensos, a los niños, a los desfavorecidos. Por eso te pido, que intercedas ante Él, para que tenga misericordia de los más pequeños de la casa. Algunos tienen de todo, otros son traviesos, otros ni siquiera tienen padres, otros no tienen casa, otros son maltratados y violados, otros son buenos y llevan una buena vida... todos Señora, todos, necesitan que estés a su lado, y les ayudes según sus necesidades. Aún tienen que crecer, y necesitan ser guiados (como lo necesitamos todos).
Mi oración y mi petición especial, como ves, hoy va por todos los niños, sin excepción.

También quiero pedirte, que sigamos siendo niños, para que no perdamos o recobremos la inocencia, la bondad, la dulzura, la pureza de alma, la belleza, el amor, con el Dios nos creó y nos dio la vida.

María, Madre nuestra; ruega por los niños.
María, Madre del buen consejo; ruega por nosotros.

El Señor os bendiga.

viernes, 20 de mayo de 2011

Salud de los enfermos

Todos los días le doy gracias a Dios porque, hasta ahora, me libra de la enfermedad. Sin embargo, muchas veces pienso en todos los miles de personas que hay en los hospitales en el mundo, incluso en sus casas, o en geriátricos. Otros están enfermos en la calle... todo esto hace que le dé gracias con más intensidad.

Hoy quiero centrarme en la salud del cuerpo. La salud del alma, quizá mas importante, la dejaré para otra ocasión. Y es que cuando alguien está enfermo, lo primero que quiere es curarse. Crea o no crea, ofrezca sus dolores o no, salvo excepciones, todos queremos sanarnos. Es lógico. A nadie le gusta, normalmente, estar mal. Por eso, mi oración, como es de prever, es hoy por los enfermos.

María, madre nuestra. Sobra que te hable del sufrimiento en la enfermedad que tienen tantos hijos tuyos, ¿verdad?. Sabemos que lo que Dios permite, es por nuestro bien; pero Él también permite a veces que sucedan cosas, para que oremos más, para que pidamos unos por otros. Eso es lo que hoy quiero hacer.
Te pido Madre, Tú que eres, Salud de los enfermos, que seas el consuelo de estos hermanos nuestros que padecen alguna enfermedad. Intercede ante Jesús por todos ellos, para que Él los sane. Intercede para que nuestra oración de hoy, llegue limpia y pura ante tu Hijo Santísimo.

Jesús, hoy te pido que envíes tu Espíritu sobre las personas enfermas. Entra en cada uno y sana según su necesidad: Infección vírica o bacteriana, tumoración, sistemas óseo, reproductor, digestivos, circulatorio, muscular, respiratorio, linfático... y especialmente en los órganos afectados. Cálmales el dolor. Sánalos con tu infinito poder, y ten misericordia de cada uno.

María, no te apartes del lado de tus hijos, porque te necesitan, aunque ellos no lo sepan. Y si alguno está en fase terminal, llévalo de la mano ante Jesús, Madre de Misericordia. Cúbrelo y protégelo con tu manto de las garras del malvado. Porque, como te decimos en la oración del Ave María, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Que así sea.

María, Madre nuestra, Salud de los enfermos; ruega por nosotros.

El Señor os bendiga.

miércoles, 18 de mayo de 2011

La soledad

En este cuadro de Caspar David Friedrich, titulado "La cruz en la montaña", podemos ver la soledad del crucificado ante la inmensidad de la naturaleza. Se aprecia la pequeñez del hombre ante la creación. Esto es típico del momento en el que vive Friedrich, me refiero al Romanticismo, y él, a mi parecer, lo sabe expresar a la perfección en muchísimas de sus obras.

Entre tantas obras, he elegido ésta porque pienso que representa la soledad que debió sentir Jesús cuando lo crucificaron: Solo ante el mundo.

Esto lo siente hoy día millones de hermanos nuestros. Hay personas que no tienen nada en la vida, andan solos, por no tener no tienen ni casa donde vivir y refugiarse. Nosotros los llamamos vagabundos. Otras personas se han quedado solos después de un atentado, accidente o catástrofe natural. Se quedan sin casa, sin alimento, sin familia... Otros, aun teniendo bienes materiales han perdido a su familia y están solos. En casa, pero solos. Otros tienen familia, pero por razones laborables tiene que vivir a miles de kilómetros y, aunque mantengan contacto, incluso a diario, aunque tengan amigos, cuando llegan a casa se sienten solos. Otros, aunque sea la vida que eligieron, como pueden ser los sacerdotes, en muchos momentos del día, están solos (por no hablar de los ermitaños).

Todos sienten la soledad. De distinta manera, con más o menos necesidades; pero notan esa ausencia de calor. El calor que sólo da el amor de una persona al lado.

Querida María, Madre nuestra. Tú, mejor que nadie, sabes la soledad que sintió tu Hijo. Tú, mejor que nadie, sabes la soledad que sienten estos hijos tuyos. Hoy quiero agradecerte que yo no tengo esa soledad; pero sé de otros hermanos míos, algunos muy cercanos, que sí la tienen. Por eso, mi oración y mi petición especial de hoy es por ellos, Madre.
¿Sabes?, a veces he escuchado, incluso yo lo he dicho, que no estamos solos, que te tenemos a Ti, que tenemos a Jesús. Es cierto, en nuestro interior lo sentimos así. Pero también es cierto, que nuestra condición humana necesita de otras personas cerca de nosotros. Necesitamos el calor de ese ser que nos escuche, que nos hable, que nos comprenda, que nos ayude, que comparta con nosotros, que nos dé cariño, un abrazo en ciertos momentos, un hombro en que llorar en otros, y unas risas y momentos alegres en otros. Jesús, siendo Dios, sintió la soledad como hombre.
María, intercede ante tu Hijo, para que estas personas no sientan soledad. Acompáñalos Tú, en su silencio, añoranza, abandono, tristeza... Y envíales muchos ángeles para que puedan sentirse acompañados. Todos necesitamos de todos. La convivencia es difícil, pero muy necesaria, sobretodo para aquellos que no pueden vivir de forma tan eremita. Es una petición, pero como dijo Jesús, que se haga la voluntad del Padre.

María, Madre nuestra; ruega por nosotros.


Querido Juan Pablo II. Hoy, de seguir en este mundo, hubiera sido tu cumpleaños. Ahora estás con María, con Jesús, y con todos los ángeles y santos. Te pedimos, como intercesor nuestro, por esta causa.
Beato Juan Pablo II, intercede por nosotros.


Y a ti, que estás leyendo esto, si conoces de alguna persona que esté en esa situación desagradable, pídele a María por ella.
El Señor te bendiga y acompañe en tu caminar.

lunes, 16 de mayo de 2011

Los sucesores de "El Buen Pastor"

Hoy me he cruzado dos veces por la calle con el archiconocido P. Jorge Loring. Iba con las mangas de la camisa remangadas hasta los codos, con un maletín negro -que hacía juego con su ropa- en su mano izquierda, y con una gorra de visera azul -que no hacía juego con su ropa, pero le daba un aire simpático-. Andaba deprisa con sus casi noventa años, como si no le diera tiempo hacer todo lo que tenía planeado. La gente lo miraba y hacían comentarios del tipo "qué bien me cae". Él seguía su camino como si no fuera con él. Sin embargo, aunque yo pensara algo parecido, un pensamiento sobresalía al contemplar su andar rápido: "Este hombre es incansable. Hay personas como él, que no se rinden. Luchan y luchan y luchan... ¡Sencillamente, admirables!.

Estos días estamos escuchando y leyendo en el Evangelio, como es el Buen Pastor.
Hoy esta será la oración a María que comparta con vosotros.

Querida María, Madre Celestial. En este día, festividad de Santa Gema Galgani, quiero pedirte especialmente por los sacerdotes. Estos hijos tuyos, que han elegido dejarlo todo para seguir a tu Hijo y anunciar la Buena Nueva a todos. Estos hijos tuyos que se han convertido en los pastores del rebaño. ¡Cuánta falta nos hacen!. Sin ellos no podríamos recibir los sacramentos, pero especialmente no podríamos tener a Jesús Sacramentado. Sin ellos, nuestros pecados no podrían ser perdonados, y no podríamos experimentar la gran Misericordia de tu Hijo amado, y estaríamos llamados en lugar de a la Salvación, a la condenación eterna. ¡Qué horror sólo pensarlo, Madre!
Por eso te pido, que seas Tú quien los guíes y los protejas, especialmente a aquellos que, como hombres que son, están lejos de darnos buen ejemplo con su inoportuno hacer. Llévalos a que sean esos buenos pastores que necesitamos las ovejas descarriadas. Cuida de ellos con especial cariño, porque son un gran regalo que Jesús nos hace, y que, a veces, no sabemos apreciar. Ábrenos los ojos a nosotros, para que sepamos ver el don que tenemos en ellos y que somos incapaces de ver.
Vivimos momentos críticos, difíciles; Tú lo sabes mejor que nadie; y necesitamos de ellos para estar fuertes en la lucha.
De manera superlativa, te pido por el Papa Benedicto XVI, para que sea portador de lo que Dios quiere, a través del Espíritu Santo. Que sea Él quien obre en el Santo Padre para que, como Vicario de Cristo en este mundo, sea capaz de llevarnos, como el Buen Pastor, por el camino correcto.

María, Madre nuestra; ruega por nosotros.

Y a vosotros, queridos hermanos laicos y sacerdotes, que el Señor os bendiga.

domingo, 15 de mayo de 2011

Pidiendo a María

Hoy celebramos la festividad de San Isidro Labrador. Patrón de los agricultores. Por eso, como fruto del campo, he querido ofrecer a María, en el ecuador del mes que dedicamos especialmente a Ella, estas petunias del jardín de mi casa, que me parecían muy bonitas.
En las flores podemos ver muy bien el ciclo de la vida. Brotan de la planta, empiezan a abrir, crecen, están en su mejor momento (esplendor, belleza, colorido, formas...), se van apagando poco a poco, y terminan secándose y muriendo, dejando su sitio para que nazca otra flor.

Por eso hoy quiero pedirte María, en este día tan especial para mí, por todos los difuntos.

Algunos gozan ya de la presencia del Padre. Tú, que eres la Reina de todos los Santos, intercede ante tu Hijo para que Él permita, que estos santos y santas de Dios, también puedan ayudarnos e interceder por nosotros.

Otros aún están purgando su pena, pero son sabedores que gozarán del Paraíso a Tu lado, Madre. Por eso mi oración-petición, es especialmente por ellos. Para que su purificación sea rápida y puedan disfrutar cuanto antes de Dios y de Ti, Madre Santísima.

También aprovecho para pedirte por las familias que han perdido hace poco a un ser querido. Tú, mejor que nadie, sabes lo que es. Por eso, sé Tú el consuelo, aliento y apoyo que necesitan; el pañuelo que seque sus lágrimas y dales de Tu Esperanza, para que no duden y tengan la confianza, como Tú la tuviste, de que un día nos reuniremos todos juntos.

Conocedores de la Resurrección de Jesús, intercede Madre, para que ¡Él convierta nuestro luto en alegría, nuestro lamento en baile!

Y ahora, María, quiero agradecerte todo lo que nos has dado y, te agradezco de antemano, todo lo que estás haciendo en este mismo instante, y lo que seguro seguirás haciendo por todos nosotros, Tus hijos.

María, Madre nuestra; ruega por nosotros.

viernes, 13 de mayo de 2011

Fátima



ORACIÓN A LA VIRGEN DE FÁTIMA

Oh Virgen Santísima, Vos os aparecisteis repetidas veces a los niños; yo también quisiera veros, oír vuestra voz y deciros: Madre mía, llevadme al Cielo. Confiando en vuestro amor, os pido me alcancéis de vuestro Hijo Jesús una fe viva, inteligencia para conocerle y amarle, paciencia y gracia para servirle a Él a mis hermanos, y un día poder unirnos con Vos allí en el Cielo.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Madre mía también os pido por mis padres, para que vivan unidos en el amor; por mis hermanos, familiares y amigos, para que viviendo unidos en familia un día podamos gozar con Vos en la vida eterna.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Os pido de un modo especial por la conversión de los pecadores y la paz del mundo; por los niños, para que nunca les falten los auxilios divinos y lo necesario para sus cuerpos, y un día conseguir la vida eterna.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria

Oh Madre mía, sé que escucharás, y me conseguirás estas y cuantas gracias te pida, pues las pido por el amor que tienes de tu Hijo Jesús. Amén.

¡Madre mía, aquí tienes a tu hijo, sé tu mi Madre!

¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!

Fuente: Devocionario.com

Gracias a que ya podemos volver a escribir, quisiera aprovechar para hacer una petición especial a nuestra Santísima Madre.

En este día tan especial para Ti, quiero pedirte Madre, por las víctimas del terremoto de Lorca. Esos hijos tuyos que algunos han perdido la vida, otros a algún familiar, otros sus casas, incluso el convento y la iglesia de las hermanas clarisas. Ayúdales a superar todo este sufrimiento, dolor, horror, impotencia y otros sentimientos tristes que puedan tener. Que puedan volver a tener ese techo donde vivir; techo que algunos no le damos la importancia que debiéramos, porque lo tenemos. Hoy, esas personas no lo tienen. Y hoy recurrimos a Ti, para que intercedas por estas personas ante tu Hijo Jesús, y les proporcione lo que de verdad necesiten. Ten misericordia de tus hijos.

También quiero darte las gracias por todo lo que haces por nosotros, por todas tus advertencias que no sabemos ver y, a veces, no queremos escuchar porque el mundo nos envuelve. Ayúdanos a salir de ese agujero, para que podamos ver y escuchar lo que nos dices.

Gracias Madre.

Y a vosotros, queridos amigos y hermanos, que el Señor os bendiga y su Madre Santísima, la Virgen de Fátima, os proteja y os acoja bajo su manto.

jueves, 12 de mayo de 2011

... y el suelo tembló...

¿Qué tendrá el día 11 que nos trae desgracias? Ayer, otro 11-M (11 de mayo en este caso), varios seísmos se sucedieron en la ciudad murciana de Lorca, como ya sabemos.
El derrumbe del campanario (del que vemos los restos en la foto), que grabó un equipo de TVE, creo que ha dado ya la vuelta al mundo.
De nuevo muertes, impotencia, pérdidas de hogares, pánico, falta de un techo donde pasar la noche, desalojo incluso de hospital por precaución ante el posible derrumbe, horror, incertidumbre...
En esta ocasión no fue un atentado. El suelo de Lorca tembló y, aunque sólo fue unos segundos, ya sobró, para que este corto tiempo cambiara las vidas de las personas que lo vivieron.
Otro acontecimiento al que no le vemos una aparente explicación. Muchos se habrán preguntado "¿Por qué?". Hay veces, que no tenemos la respuesta a esta impotente pregunta. Quizá Dios quiere que seamos verdaderos solidarios en estos tiempos difíciles. Quizá Dios quiere que acudamos más a Él, y que nuestra oración crezca en intensidad y tiempo. Quizá no tengamos que preguntarnos estas inevitables cuestiones, confiando y sabiendo que todo lo que Dios permite es lo mejor que nos pueda pasar. Quizá sea un compendio de todo esto y más. Sea lo que fuere, nuestra oración de estos días, va especialmente dirigida a toda la localidad de Lorca.

A los que perdieron la vida. A los que perdieron una madre. A los que perdieron su hogar. A los que perdieron su convento-iglesia. A todos los que sufrieron, aunque sólo fuese un enorme susto, en este terremoto. Para que el Señor les dé el consuelo que necesite a cada uno y permita que mañana, 13 de mayo, su Madre Santísima, los cubra más si cabe con su manto, los proteja y les ayude en sus carencias.
Os dejo un fuerte y fraternal abrazo.

El Señor os bendiga.

domingo, 1 de mayo de 2011

¡Qué gran día!

¡Hoy es un día grande!. Celebramos el Domingo de la Misericordia Divina. El 30 de abril de 2000, Juan Pablo II canonizó a la Beata Faustina Kowalska y designó como "Domingo de la Misericordia Divina" al Segundo Domingo de Pascua, teniendo ese día concedida Indulgencia Plenaria. Curiosamente, el papa Juan Pablo II, es beatificado hoy, Segundo Domingo de Pascua de 2011. Y hoy empieza el mes de mayo, el mes dedicado a la Virgen María. Tampoco es casualidad que sea en este mes mariano, cuando se beatifique a Juan Pablo II. En España celebramos también el día de la Madre. Por tanto es el día de nuestras madres, y de María, nuestra Madre, la Madre de Jesús, la Madre por excelencia.

Dios mostró su Misericordia cuando Adán y Eva pecaron. Según la Revelación, Él mismo se manifiesta como "Misericordioso y Clemente, tardo en la cólera y rico en amor y fidelidad" (Éxodo 34,6-7)

Es decir, desde el principio, Dios nos muestra su misericordia, pero nosotros no sabemos valorarla, ni apreciarla, y por tanto, no la imploramos. Por eso Jesús se apareció a Sor Faustina, para encomendarle la misión de recordarnos toda la verdad de la Misericordia de Dios, y enseñarnos a pedirla, con nuevas formas de culto.

Santa Faustina oyó a la Virgen: "Yo soy no sólo la Reina del Cielo, sino también, la Madre de la Misericordia y tu Madre". Con esto relacionamos todo; es decir, que María es la Madre de Jesús, Misericordia Divina; pero nos recalca que también es nuestra Madre, día que, como antes decía, celebramos.

REINA Y MADRE DE MISERICORDIA:
¡VUELVE A NOSOTROS
ESOS TUS OJOS MISERICORDIOSOS
Y MUÉSTRANOS A JESÚS,
FRUTO BENDITO DE TU VIENTRE!

Y... ¿qué decir del Papa Juan Pablo II que no se dijera ya? Ya desde el día de su partida al Cielo lo llamábamos todo como: Juan Pablo II El Grande. Con esto queda dicho todo. Un Vicario de Cristo cercano, alegre, generoso, humilde, volcado con los jóvenes, porque él sabía que éramos el futuro. Cargado de anécdotas que hoy todos recordamos; desde atentado y enfermedad, hasta situaciones simpáticas y desenvueltas de forma genial por él. Trabajador incansable hasta el final, y nunca mejor dicho. Se dejó la piel para cumplir la misión que Dios le encargó.

Hoy es un día grande en el Cielo y en la Tierra. Sin embargo, seguro que al Papa Juan Pablo II, no le gustará (en su humildad), toda esta celebración que hacemos por él; pero también desde donde está, sabe perfectamente que el mundo entero se vuelca hoy con él, porque él se volcó por el mundo cuando estuvo aquí, entre nosotros.

Celebraremos su fiesta todos los años el 22 de octubre.

Querido Karol, querido Juan Pablo II; desde aquí, quiero agradecerte todo lo que hiciste por nosotros.

Hoy te pedimos, Beato Juan Pablo II, ruega por nosotros.

¡Enhorabuena a todos por el nuevo beato, intercesor nuestro, Juan Pablo II!
¡Feliz día de la Misericordia Divina!
¡Feliz día de la Madre, María!
¡Feliz día de la Madre, a todas las madres!

El Señor os bendiga.