lunes, 16 de abril de 2012

Misericordia Divina. Felicidades.


Ayer celebramos la jornada de la Misericordia Divina. Es por eso que no quiero dejar pasar la ocasión de dar las gracias a Dios por todo lo que hace por nosotros. En primer lugar, por haber pasado la Pasión y Muerte, que hemos celebrado la semana pasada. Y por supuesto, por haber Resucitado. Con su Muerte, el Señor ha vencido al pecado. Con su Resurrección, el Señor nos ha devuelto a la VIDA. Y digo VIDA (con mayúsculas), porque sin Él, estábamos encerrados en las tinieblas, en la oscuridad. Ahora, el Señor nos abre las puertas de la Gloria y nos invita a su Banquete eterno.
            El domingo pasado celebrábamos el día más grande del año para un cristiano. Ayer, se aparece resucitado a sus discípulos, y nos regala el sacramento de la penitencia. Nos da el precioso don de su Perdón. Perdón, sin el cual, no podemos entrar en el Paraíso. Es tan grande su Bondad, que se apiada de nuestra miseria, y pone a nuestro alcance, todos los medio necesarios para llegar a la Salvación. En nuestra torpe libertad, a veces no escogemos el buen camino, y es por eso que, cuando acudimos a Él, nos perdona y nos da una nueva oportunidad.
Hoy quiero pedirle perdón por mi soberbia, mis enfados, mis preocupaciones, por no haberle dado a Él, en ocasiones, la prioridad en mi vida, por haberme dejado seducir por el enemigo… por mis tantas faltas de Amor.
El Señor nos hace una invitación: “Ven a Mí. Yo perdono todas tus faltas, y te acojo en mis brazos amorosos y misericordiosos. Estoy aquí, a tu lado. Acude a Mí siempre. Yo sólo quiero lo mejor para ti. Recuerda que no hay mayor Amor que el que entrega su Vida por sus amigos. Yo, ya no te llamo siervo. Eres mi amigo, y yo quiero ser tu Amigo. El amigo que nunca falla. Descarga en Mí tus problemas, preocupaciones, desengaños, dolores, angustias… descánsate en Mí, confía en Mí.”

Aprovecho la ocasión para felicitar a Su Santidad el Papa Benedicto XVI, por su cumpleaños. El próximo jueves, día 19 de abril, como todos sabemos, será también aniversario de su Pontificado. Por eso, en nuestra oración, estará de manera muy especial esta semana, nuestro querido Benedicto XVI. Que el Señor le dé la capacidad que necesita para “capitanear” (si se me permite la expresión)  a la Iglesia en estos tiempos difíciles. Difíciles por el laicismo, por la rebeldía, por nuestra tibieza (sus miembros)… No rezaremos ni oraremos únicamente por las intenciones del Santo Padre (que también), sino por el Santo Padre; para que el Señor le dé lo que necesita, lo que es lo mejor para él. Para que, inspirado y ungido por el Espíritu del Señor, al que esperamos en Pentecostés, le ayude a cumplir Su Santa Voluntad, porque así, llevará a este rebaño “revoltoso” por la buena senda.

¡FELICIDADES!

Desde aquí, también quiero expresar mi apoyo al Santo Padre. ¡Yo estoy con Pedro! ¡Yo estoy con Benedicto XVI! Que el Señor lo colme de bendiciones y María Santísima lo proteja, con su manto, de todo mal.
Un abrazo en Jesús Misericordioso.