lunes, 31 de enero de 2011

Elecciones

En algún momento del año en nuestras parroquias, suele haber elecciones de distintos grupos parroquiales. Elecciones de hermandades y cofradías, de grupos de oración… y es normal. Cada cierto tiempo es bueno cambiar para así, dejar lugar a nuevas ideas, proyectos, ilusiones, aprendizajes…

No tengo nada en contra de las elecciones, ni tengo inconveniente en votar cuando hay que hacerlo. Sí discrepo en algunas cosas, pero que son casi inevitables, y eso es lo que traigo hoy aquí.

Las elecciones, sean del grupo que sea, van regidas por unos estatutos. Estos deben cumplirse nos gusten más o nos gusten menos. Son las normas que se nos ponen para el, en principio, buen funcionamiento., o para unir criterios. No vale hacerlo todo “en familia” si no vamos a cumplirlos, porque luego tendremos problemas.

Eso por un lado. Y por otro, aunque sean elecciones, en mi opinión no son para gobernar un ayuntamiento, región o estado. Los que se presentan, están para poder dar un servicio gratuito a la comunidad. Están para trabajar por Dios y por el resto de los hermanos. Y debe tener una serie de requisitos. Y me explico. Al igual que no todo el mundo sirve para ser cirujano cardiovascular, o mecánico de Fernando Alonso, o ser una gran estrella del baloncesto como Pau Gasol; de la misma manera no todos servimos para ser, monitores, servidores , responsables de grupos, hermanos mayores… En los casos que tratamos, jugamos con las almas de los demás. Sí, suena fuerte, pero podemos confundir a los demás llevándolos por el mal camino, o por el camino equivocado. Debemos presentarnos, si cumplimos esos mínimos requisitos, y ya está. Esto es, dejar el resultado en manos de Dios. Si no salimos elegidos, es porque Dios no ha querido, o porque no es nuestro momento. Pero lo que me revienta de verdad, es ver cómo se hacen campañas para ser elegidos. Gente que no te saluda, de pronto te saluda con una sonrisa y se paran a preguntarte cómo estás. En otros casos se convierten en “generosos” e invitan en su casa a comer, cenar, merendar… a otros hermanos con el fin de ganarse esos votos. En pre-elecciones, los “candidatos” se vuelven más simpáticos, generosos, amables, sonrientes, caritativos, salen a leer las lecturas en misa… hasta que consiguen su objetivo. Una vez que tienen el “poder”, vuelven a ser como antes.

¿A caso no es una contradicción? ¿Para quién trabajamos, para los demás o por nosotros mismos? ¿No parece un alimentar nuestro “yo” sin parar? A veces, después de unas elecciones, vemos el aparente triunfo del hombre. Y digo aparente, porque luego vemos los resultados. Quieren hacerlo todo ellos sin contar con Dios. De boca para fuera bendicen y dicen palabras bonitas, pero no son más que eso; palabras que se lleva el viento, como los fariseos. Que se note que estamos aquí. El protagonismo, el egoísmo, la envidia… son frutos podridos que dan este tipo de comportamientos. “Por sus obras los conoceréis” nos dice Jesús.

Si dejamos esto en manos de Dios, y que sea Él el que nos lleve, todo irá bien. Pese a que no seamos elegidos. Y, ¿por qué hacer campaña electoral si vamos a confiar en Dios, que es lo que vamos pregonando por ahí? Supongo que nos falta la humildad que predicamos de boca, pero que, con nuestro ejemplo, dejamos muchísimo que desear.

Pidamos al Señor esa humildad que necesitamos todos, y dejemos que se encargue Él de guiarnos. No nos empeñemos en hacerlo nosotros, porque nos iremos y, lo peor de todo, es que llevaremos a un montón de personas con nosotros, a la miseria espiritual.

Que el Señor nos bendiga y su Madre María Santísima nos acompañe siempre.

lunes, 24 de enero de 2011

Tenía que pasar

Hoy por la mañana necesitaba usar el coche porque tenía que hacer unas gestiones. Cuál fue mi sorpresa cuando no podía hacer contacto. La batería estaba bien, así que la avería debía ser otra.

Llamé al taller y al seguro para que viniese una grúa a recogerlo. Mientras tanto iba pensando que estaba fastidiado por no poder hacer lo que tenía que hacer; sin embargo mi preocupación no llegó a más. Simplemente pensé: "Señor, este impedimento me lo has puesto por alguna razón que desconozco. Tú mejor que nadie sabrás por qué". Se solucionó todo, se llevaron el coche y ahí quedó la cosa. Ahora debo esperar que me llamen del taller.

En estos pequeños detalles es donde comprobamos nuestro crecimiento. Si este imprevisto me hubiera pasado antes, en otro momento de mi vida, quizás me hubiera puesto nervioso, agobiado... pero no ha sido así. Sé perfectamente que el Señor no quería que hiciera estas gestiones hoy. Y aunque me sabe mal lo del coche, sé que las cosas pasan cuando Dios quiera; en su tiempo, no en el nuestro.

Quiero dar las gracias a Dios porque hoy, un día más, me fío de Él y acepto su voluntad cualquiera que sea; aunque solo fuese ese detallito del coche que tanto me aguó (aparentemente) el día.

El Señor os bendiga.

viernes, 14 de enero de 2011

Benedicto XVI beatificará a Juan Pablo II el 1 de mayo.

CIUDAD DEL VATICANO, 14 ENE 2011 (VIS).-Benedicto XVI presidirá el próximo 1 de mayo, en el Vaticano, II Domingo de Pascua, de la Divina Misericordia, el rito de beatificación de Juan Pablo II

En una nota informativa de la Congregación para las Causas de los Santos se afirma que "hoy, 14 de enero, durante la audiencia concedida al cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el Papa ha autorizado a este dicasterio a promulgar el Decreto sobre el milagro atribuido a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Juan Pablo II (Karol Wojtyla). Este acto pone fin al proceso que precede al rito de beatificación.

"Como se sabe, la Causa, por dispensa pontificia, comenzó antes de que transcurrieran los cinco años desde la muerte del Siervo de Dios, exigidos por la normativa vigente. Esta medida fue solicitada por la imponente fama de santidad de la que gozó Juan Pablo II en su vida, en la muerte y después de la muerte. Por lo demás, se observaron en su totalidad las disposiciones canónicas comunes acerca de las causas de beatificación y canonización.

"De junio de 2005 a abril de 2007 tuvieron lugar la investigación diocesana principal romana y las rogatoriales en diferentes diócesis, sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad y de milagros. La validez jurídica de los procesos canónicos fue reconocida por la Congregación para las Causas de los Santos con el Decreto del 4 de mayo de 2007. En junio de 2009, examinada la "Positio", nueve consultores teólogos de la Congregación dieron su parecer positivo sobre la heroicidad de las virtudes del Siervo de Dios. En noviembre, siguiendo el procedimiento habitual, la misma "Positio" fue sometida al juicio de los cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos, que se expresaron con sentencia afirmativa.

"El 19 de diciembre de 2009, el Sumo Pontífice Benedicto XVI autorizó la promulgación del decreto sobre la heroicidad de las virtudes.

"En vista de la beatificación del Venerable Siervo de Dios, la postulación de la causa presentó al examen de la Congregación para las Causas de los Santos la curación de la "enfermedad de Parkinson" de la hermana Marie Simon Pierre Normand, religiosa del Institut des Petites Soeurs des Maternités Catholiques.

"Como es habitual, las numerosas actas de la investigación canónica, regularmente instruida, junto con los detallados exámenes médico-legales, se sometieron al examen científico de la Consulta Médica de la Congregación para las Causas de los Santos, el 21 de octubre de 2010. Sus expertos, tras haber estudiado con la habitual minuciosidad los testimonios procesales y toda la documentación, se expresaron a favor de que la curación era científicamente inexplicable. Los consultores teólogos, tras haber revisado las conclusiones médicas, el 14 de diciembre de 2010 procedieron a la valoración teológica del caso y reconocieron por unanimidad la unicidad, la antecedencia y la invocación coral dirigida al Siervo de Dios Juan Pablo II, cuya intercesión había sido eficaz para la curación milagrosa.

Por último, el 11 de enero de 2011, se celebró la Sesión Ordinaria de cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos, que emitió un fallo unánime y afirmativo, considerando milagrosa la curación de la hermana Marie Simon Pierre, en cuanto realizada por Dios de modo científicamente inexplicable, después de interceder al Papa Juan Pablo II, invocado con confianza tanto por la misma persona curada como por muchos otros fieles".


Información: Oficina de Prensa de la Santa Sede.

http://press.catholica.va