domingo, 19 de abril de 2009

Misericordia Divina

Hoy, 19 de abril de 2009, celebramos el día de la Misericordia Divina. Es el Domingo de la Misericordia. Hoy, domingo siguiente al domingo de Resurrección; tal y como nuestro Señor Jesucristo le dijo a Santa Faustina. Pero, ¿qué es la misericordia? No es otra cosa que indulgencia, piedad, compasión… PERDÓN. Perdón que sólo es posible con Amor. ¿Y quién tiene más amor sino Aquél que es todo AMOR? Jesús, que dio su vida por todos los hombres. Que tiene infinita paciencia con nosotros porque nos perdona una y otra vez, y otra, y otra… y las veces que haga falta. ¿Cuándo hacemos esto nosotros por los demás y con la misma caridad con que la hace Él?
Por eso no es casualidad, que hoy leamos en el Evangelio la institución de la Penitencia (Jn. 20, 19-31). El sacramento del Perdón.

Pero, ¿cómo surgió la devoción a la Misericordia Divina?
El 22 de febrero de 1931, Santa Faustina Kowalska recibió la primera revelación de la Misericordia de Dios, ella lo anota así en su diario: En la noche cuando estaba en mi celda, vi al Señor Jesús vestido de blanco. Una mano estaba levantada en ademán de bendecir y, con la otra mano, se tocaba el vestido, que aparecía un poco abierto en el pecho, brillaban dos rayos largos: uno era rojo y, el otro blanco. Yo me quedé en silencio contemplando al Señor. Mi alma estaba llena de miedo pero también rebosante de felicidad. Después de un rato, Jesús me dijo:


Pinta una imagen Mía, según la visión que ves, con la Inscripción : "¡Jesús, yo confío en Ti!." Yo deseo que esta Imagen sea venerada, primero en tu capilla y después en el mundo entero. Yo prometo que el alma que honrare esta imagen, no perecerá. También le prometo victoria sobre sus enemigos aquí en la tierra, pero especialmente a la hora de su muerte. Yo el Señor la defenderé como a Mi propia Gloria.

Cuando contó esto en confesión, el padre le dijo que seguramente Jesús deseaba pintar esta imagen en su corazón pero ella sentía que Jesús le decía:


"Mi Imagen ya está en tu corazón. Yo deseo que se establezca una fiesta de la Misericordia y que esta imagen sea venerada por todo el mundo. Esta fiesta será el primer domingo después de Pascua. Deseo que los sacerdotes proclamen esta gran misericordia Mía a los pecadores."


Por orden de su confesor Santa Faustina le preguntó al Señor el significado de los rayos que aparecen en la imagen emanando del corazón y el Señor le respondió:


"Los dos rayos significan Sangre y Agua- el rayo pálido representa el Agua que justifica a las almas; el rayo rojo simboliza la Sangre, que es la vida de las almas-. Ambos rayos brotaron de las entrañas mas profundas de Mi misericordia cuando mi corazón agonizado fué abierto por una lanza en la Cruz... Bienaventurado aquel que se refugie en ellos, porque la justa mano de Dios no le seguirá hasta allí".


Que así sea.

domingo, 12 de abril de 2009

¡¡Él Vive!!

Este Jueves Santo, día del Amor Fraterno, celebrábamos la institución de la Eucaristía. En la llamada “última cena” de Jesús, Él nos deja un nuevo sacramento para bien de nuestras almas. Su última cena es nuestra primera Eucaristía. Es el día del amor fraterno porque “Nadie tiene amor más grande que quien da la vida por sus amigos” (Jn. 15,13). Y Él dio la vida por todos los hombres. Los de antes, los de ahora y los que vendrán.
El Viernes Santo, contemplando y adorando el Madero donde había una imagen de Jesús crucificado, pude ver y sentir el mayor perdón que pueda recibir nadie. Pude ver y sentir la grandeza de Dios que; se humilla al hacerse hombre y muere por nosotros para darnos la salvación que nosotros mismos habíamos perdido. En el momento en que Jesús muere, después de soportar el peor martirio que existía en aquella época, nos salva, nos perdona todo, vence al pecado y a todo mal. Con su muerte nos saca del pozo negro en que estábamos metidos; de las tinieblas. ¡Qué bueno es el Señor!
El Sábado Santo es un día de acompañar a María en su soledad, en su dolor. Hay una oración que considero propicia para un día como éste: Stabat Mater. Sé que hay muchas más, pero esta me gusta especialmente.
Pero el día más grande del año llega con el Domingo. Domingo de Resurrección. Domingo de Gloria… llamémoslo como queramos pero celebremos que Jesús, no sólo venció al pecado con su muerte, sino que Él vive porque el Padre lo resucitó. Así también venció a la muerte y por siempre vivirá.
Con la alegría de Jesús resucitado, y esperanzados en que, nosotros también algún día resucitaremos con Él, vivamos estos días de gozo pascual y empecemos a prepararnos para recibir su Espíritu, tal y como nos ha prometido.
¡Gloria a Dios!

viernes, 3 de abril de 2009

"Una vez al año..."

Tenía en mente escribir acerca de esto, entre otras cosas, porque se acercaban estas fechas. Han pasado por mi cabeza varias ideas, y últimamente se acentuó una. Para colmo, esa última idea la he comentado con otras personas, y es lo que me ha hecho decidirme. “El Señor querrá que escriba sobre esto” –pensé, porque las casualidades, ya sabemos que no existen; pero sí que existen las “Jesualidades”.
Hoy es Viernes de Dolores. El próximo domingo comenzará la Semana Santa (aunque para muchos, hoy viernes empieza con alguna salida procesional). Las hermandades y cofradías ultiman los detalles para sacar a sus Sagrados Titulares por las calles de su localidad. Las “papeletas de sitio”, así como las túnicas, están entregadas desde hace varios días; los pasos están montados en los templos; se están terminando de limpiar los distintos enseres; las flores están compradas, contratadas o punto de estarlo, el acompañamiento musical está previsto; y así un largo etcétera porque nada puede fallar el día de la salida procesional, por el que se ha estado esperando un año.
Pero, ¿qué vamos a recordar estos días? Esa es la pregunta que debemos hacernos. Tengo entendido que es la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor, Jesucristo. Pero es que esta pregunta nos lleva a otra. ¿Quién es Jesucristo? Porque eso de Pasión, Muerte y Resurrección queda muy bien y por todos es sabido, incluso ya de modo rutinario. Pero por mucho que se sepa lo que vamos a revivir estos días, si no conocemos a Jesús, es muy difícil que sepamos vivirlo. En otras palabras, si no conocemos a Jesús de verdad, difícilmente encontraremos sentido a todo esto durante el resto del año. Y a los hechos me remito. Una o dos semanas antes de la Semana Santa, los llamados “capillitas” están nerviosos porque van a sacar su paso a la calle. Esos días van por la iglesia a ver las sagradas imágenes de cuya advocación son hermanos, contemplan los pasos, ayudan a la decoración del mismo,… y se sienten importantes. Esos días se colocan sus trajes y medallas para la celebración de los cultos internos; no pueden faltar tampoco sus insignias, y sacan mucho pecho para que se les vea bien. Llega el Domingo de Resurrección y con él, el primer Lunes de Pascua. Estos “capillitas” no pisarán la iglesia hasta la cuaresma del año siguiente para realizar la misma operación. Pero en estos días de duro trabajo cofrade, han estado dándose a “su” hermandad como el que más. Sintiéndose, protagonista, partícipe de las celebraciones…y el mejor cofrade que pisa el templo. ¿De qué sirve esto si el resto del año se olvidan del Señor? ¡Qué equivocados están!. Se conforman con ser cofrades dos semanas al año, pudiendo sentirse hijos de Dios todos los días del año; pudiendo sentirse partícipes de cada Eucaristía diariamente, pudiendo sentirse verdaderos cofrades todo el año.