domingo, 4 de septiembre de 2011

Nuestra Señora de la Luz

En Tarifa, la localidad más meridional de Europa, donde se unen el Atlántico y el Mediterráneo, conocida internacionalmente por deportes como el windsurf o kitesurf, cada primer domingo de septiembre, la imagen de Nuestra Señora de la Luz, Patrona de dicha localidad, es escoltada a caballo (de interés turístico de Andalucía) desde su santuario (situado a unos 8 kilómetros) hasta Tarifa. Allí estará hasta el último domingo de septiembre, en la Iglesia Mayor de San Mateo. Ése día es escoltada hasta su santuario, pero esta vez, a pie, en devota romería, por todos aquellos que así lo desean, que suelen ser cientos de fieles. El día anterior, el sábado, a partir de las 16.00 horas, todos los que así lo desean, pasarán por debajo de su manto, aprovechando para darle gracias por el año anterior, rezarle, orarle y pedirle protección para el año-curso próximo.

Hoy, la Virgen de la Luz, como es habitual, llegará sobre las 20.30 horas a la entrada del municipio. Allí la reciben con una Salve la Junta de Gobierno de la Hermandad, Autoridades, el Clero, Consejo local de Hermandades y Cofradías, los hermanos mayores de las demás Hermandades, reinas y damas de las fiestas (que empiezan hoy) y la Banda de Música. Todos la acompañarán en procesión, además de las personas y cabalgatistas que la escoltaron desde su salida del santuario, cuya salida es a las 16.30 horas.

En la puerta del templo, después de que los cientos de cabalgatistas pasen por delante de la Señora, tiene lugar la Salutación a la Virgen, que en esta ocasión será a cargo del párroco.

Durante el mes de septiembre, varias actividades y cultos, entre los que podemos destacar la procesión, (el segundo domingo), la función principal (el día 8, por ser el día de la natividad de la Virgen) y la novena (a partir de la segunda semana); tienen lugar en honor a la Patrona, cuya hermandad tiene el título de Real y Pontificia.

Es un mes grande para esta localidad, pues es cuando los fieles tienen a su Patrona en él y todos se sienten más cerca de María.

Aprovechemos también para estar cerca de la Virgen y preparar así el mes de octubre, que como todos sabemos, es el mes que la Iglesia dedica al Santo Rosario.

Nos despedimos rezando:

Dios te salve maría, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de Tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Que María os proteja e interceda por vosotros.

domingo, 21 de agosto de 2011

¡GRACIAS!

Finalizó la JMJ MADRID 2011 y el Papa marchó para Roma. Debemos y queremos dar las gracias a Su Santidad por su presencia, que tan importante es entre nosotros. Siempre que vemos al Papa, es como si nuestro corazón sufriera un giro de 180º. Sufrimos esa pequeña conversión que nos carga las pilas, nos da fuerza para seguir en la lucha, nos impulsa hacia delante. En estos casos, entre otros muchos, vemos que de verdad es el Vicario de Cristo. También queremos agradecer a los voluntarios toda esa labor callada, sin la cual, todo esto no podría haberse podido llevar a cabo con tanta perfección. Agradecemos a toda la juventud, a los peregrinos de esta JMJ, porque han demostrado con su hacer y saber estar, que “esta es la juventud del Papa”.¡Esta es la juventud de Cristo!

Todos estamos eufóricos, como suele ser habitual estos casos. Hemos vivido unos días intensos y ahora, desde YA, llega la hora de la verdad. Ahora tenemos que empezar a poner en práctica lo que hemos aprendido, lo que el Papa nos ha dicho, lo que nuestro corazón ha descubierto…

No queremos desaprovechar la oportunidad, para felicitar a nuestros hermanos de Río de Janeiro, lugar donde, como ya sabemos, se celebrará la próxima JMJ en 2013.

Pedimos a Dios por los frutos de esta JMJ que acabamos de terminar, para que sean muchos y sepamos llevarlos al mundo con nuestras vidas ejemplares. Que el Espíritu Santo y la Santísima Virgen María, nos ayuden a llevar al día a día todos los buenos propósitos que hemos sacado en estas jornadas.

Gracias por todo, Santo Padre.

Gracias Señor, por Benedicto XVI.

Firmes en la fe.

Impresionante. Sin palabras.

Aunque todos lo habéis vivido "in situ", o seguido a través de la televisión o de la radio, he querido dejar aquí una pequeña pincelada de lo acontecido.

Este pasado sábado, 20 de agosto de 2011, la lluvia quiso “aguar” la vigilia con el Papa pero, como él mismo nos ha dicho, “Vuestra fuerza es mayor que la lluvia”. Unos han querido ver la acción del demonio que quería estropear la oración del Santo Padre con los miles de jóvenes en Cuatro Vientos. Otros, han querido ver una bendición del Señor que se ha derramado sobre todos en esta noche.

Sea lo que fuere, los jóvenes, como también ha dicho Benedicto XVI, han dado un gran ejemplo con su comportamiento. No se han venido abajo, al contrario. Cuando todo parecía que se terminaba por causa de la tormenta -ya que el Papa tuvo que interrumpir su homilía por la fuerte lluvia-, los jóvenes se han unido y no paraban de corear “Esta es la juventud del Papa”. Ejemplo también en la Adoración al Santísimo; donde estos, aproximadamente dos millones jóvenes (según la organización de JMJ) se han mantenido en un respetuosísimo y sepulcral silencio ante Cristo Eucarístico.

El Papa consagró a los jóvenes e impartió la bendición con el Santísimo. Luego, entregó la custodia para la reserva y sonó “Majestad” y “Cantemos al amor de los amores”.

El Santo Padre se despidió, dio las buenas noches a los jóvenes, les deseó que descansaran y les invitó a que estén con él al día siguiente, en el que terminará la JMJ. Se marchó, pero antes, y una vez más, les agradece su presencia, ya que los asistentes han soportado temperaturas de 40 ºC durante el día, y una tormenta durante la vigilia.

Queridos jóvenes, hemos vivido una aventura juntos. Hemos resistido a la lluvia. Antes de marcharme quería daros las buenas noches a todos, que descanséis bien. Gracias por el sacrificio que estáis haciendo, que sin duda ofreceréis al Señor. Nos vemos mañana si Dios quiere. Os espero a todos y os doy las gracias por el maravillosos ejemplo que habéis dado. Con cristo podréis superar las duras pruebas de la vida. Gracias a todos”

Todo, por estar con él. Por estar con el Vicario de Cristo. Como dice la letra del himno de JMJ 2011, este sábado los jóvenes estuvieron “Firmes en la fe”.

miércoles, 17 de agosto de 2011

JMJ y Blogueros con el Papa

Hoy, 17 de agosto de 2011, se celebra en Madrid el I Encuentro Internacional de Blogueros con el Papa.

Hoy está prevista también la llegada de Su Santidad Benedicto XVI a Madrid, con motivo de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud, cuyo fundador, como de todos es sabido, fue el Beato Juan Pablo II PP.

Y hoy, Jesús nos dice, a través de su Palabra, que todos estamos llamados a trabajar en su viña. Cada uno tendrá un trabajo dependiendo de su edad y de sus posibilidades.

Por eso unos son voluntarios en la organización de la JMJ, otros han organizado el Encuentro de Blogueros con el Papa, otros han preparado ponencias, otros irán a formarse, otros a tener una experiencia de amor con los demás (donde se verán las caras, quizás, por primera vez), otros a sentir a Dios cerca en la figura de Benedicto XVI, otros… incluso no podrán asistir, pero estamos allí con nuestra oración y espíritu. Lo importante es que todos trabajamos para el Reino de Dios, en la medida de nuestras posibilidades y situaciones personales. Lo importante es estar todos juntos unidos por la misma causa: Dios. Y Él está entre nosotros, tal y como nos prometió: “Cuando dos o más se reúnan en mi nombre, allí estaré Yo, en medio d ellos” (Mt. 18,20).

Los blogueros estamos comunicados a través de la red. Hoy día, este medio de comunicación, nos acerca tanto, que casi nos conocemos por leernos día a día. Unos informan, otros cuentan sus experiencias, otros reflexionan sobre la Palabra de Dios o hechos acontecidos, … pero todos tenemos un mismo fin: Evangelizar y acercarnos mutuamente cada día, un poco más a Dios. Todos aprendemos de todos. Para mí, los comentarios que hacemos en los distintos blogs, son importantísimos. No sólo comentamos sobre los post, también nos alegramos cuando alguno nos da una buena noticia. En otras ocasiones, acompañamos en el dolor a nuestro hermano bloguero que sufre… somos al final una pequeña familia (aunque no nos conozcamos). Sabemos al menos, que todos contamos con nuestras oraciones (que no es poco).

Por eso hoy, y en estos días que siguen de gran actividad, participamos en lo que podemos, colaboramos en función de nuestra disponibilidad, y sobretodo, todos estamos juntos apoyando al Papa en estos tiempos difíciles que vivimos, en lo que estamos siendo perseguidos y criticados.

Que el Señor y la Santísima Virgen, nos protejan y nos ayuden en nuestro caminar.

Para terminar, lanzo un grito de ánimo y apoyo para estos días.

¡Blogueros! ¡Jóvenes!: ¡Todos con Benedicto XVI! ¡Todos con Cristo!

El Señor os bendiga.

miércoles, 27 de julio de 2011

Intentando hacer Su Voluntad

Aunque esté tanto tiempo sin escribir, no quiere decir que me olvidara del blog. Simplemente que, otros quehaceres, me han impedido dedicarle un poquito de tiempo. Llevo varios días queriendo escribir esto, pero por los motivos ya mencionados, no he podido.

Esta foto que traigo hoy, para mí es significativa. Y es que me propusieron pertenecer a un grupo de la parroquia. Me ha costado decidirme, porque lo primero que pensé, -y pienso que demasiadas veces lo hacemos- es en todos los inconvenientes que me traían. Debo dedicar más tiempo a mi nueva misión, a los demás. Me puede quitar también un poco de la rutina diaria. Eso está bien, pero pensé, desde mi comodidad, que podría ser otro inconveniente. Después de pensarlo, orarlo, consultarlo mucho, me decidí a decir “”.

Después de esto pensé: “¿Quién te ha llamado a meterte en este berenjenal?” Pero obtuve la respuesta rápida: Dios. Inmediatamente, se me vino a la cabeza, que la Virgen dijo SÍ al Señor; aún sabiendo las dificultades que se le venían encima, que se terminaba su vida rutinaria, su comodidad, que tendría una misión importantísima desde aquél momento y con muchísima responsabilidad. Entonces es cuando volvió la paz y mi confianza en Él y en Ella.

¿Cuántas veces he cantado “quiero decir que Sí, como Tú, María?. Pues, por lo que se ve, me ha escuchado y me lo ha concedido.

A veces comparo estas pequeñas “misiones” (si podemos llamarlas así), con un cuadro. Antes de empezar la pintura, el autor quizás tiene en su mente lo que quiere plasmar. Prepara el lienzo, coge los pinceles, los óleos y empieza su obra. Cuando la termina, puede que no sea lo que tenía en mente, pero al final, el resultado es una bella estampa. Pues en nuestras tareas, el lienzo es donde mostraremos nuestro trabajo. Somos los pinceles, y Dios nos usa para realizar la obra. Unas veces cogerá un pincel fino; otras, uno grueso; otras, incluso una espátula… y esos somos cada uno de nosotros. Con nuestras funciones asignadas, para que la obra de Dios, sea lo mejor posible. Pero eso sí; debemos ser dóciles y dejarnos usar por Él.

Ahora mismo el lienzo está en blanco. Pero estoy dispuesto a ser usado por Dios, y cuando vengan las dificultades, intentaré superarlas, sabiendo que Dios no me va a pedir más de lo que yo pueda dar. A parte, cuento con su ayuda y con la de nuestra Madre, la Santísima Virgen María.

Todos tenemos que trabajar en distintos campos, en distintas ocasiones, con distintas dificultades. ¿El resultado a conseguir? Aportar nuestro granito de arena en la construcción del Reino de Dios. ¿Cómo? Salvando almas con nuestra evangelización y buen ejemplo. ¿Tarea fácil?. No. Pero para Dios, nada hay imposible, porque es el que todo lo puede. Nuestro Señor. Nuestro Consolador. Nuestro Creador.

El Señor os bendiga.

domingo, 3 de julio de 2011

El Sufrimiento... ¡engrandece!


Vivimos tiempos difíciles. Supongo que, sea el tiempo que sea, siempre se ha dicho lo mismo. El caso es que hablamos del que nos ha tocado a nosotros.

Cuando hablamos de sufrimiento, solemos pensar en enfermedades; sin embargo, pienso que el sufrimiento va más allá.

Crisis económica, falta de trabajo, enfermedades, muertes, terrorismo, rupturas de amistades y familiares, descontento, depresiones, envidias, lucha absurda de poder, suspensos de exámenes, responsabilidades, tentaciones, noches oscuras… y mil cosas más. Todos experimentamos o hemos experimentado, al menos, algo de esto. Lo cual quiere decir, que cada uno tenemos nuestros sufrimientos.

Unos sufren más que otros. Unos sufrimientos son distintos a otros. ¿Por qué?.

Todos llegaremos a la misma meta, más tarde o más temprano.

Imaginemos que todos llevamos un cierto número de ladrillos. Esos ladrillos son nuestros sufrimientos. Unos necesitarán una carretilla y aún así les costará levantarla. Otros los llevan en la cabeza para tener las manos más libres. Otros las llevan ocupadas, porque cargan una torre de ladrillos entre sus brazos y su pecho. Otros son pequeños o no tienen fuerzas suficientes, y tan sólo pueden llevar uno o dos. Sin embargo, otros no pueden cargar con ninguno.

Nos dice Jesús “En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar” (Jn. 14, 2).

Acabamos de celebrar la fiesta del Corazón de Jesús. En el que, hemos visto, que todos cabemos. De la misma manera, hay sitio para todos en el Cielo. El Señor nos prepara un lugar a cada uno de nosotros.

Volviendo al ejemplo de los ladrillos; imagino que esos ladrillos los usa el Señor para hacernos los distintos lugares. Quiere hacernos partícipes de la construcción de su Reino. Unos pensarán que es una injusticia que llevando más ladrillos que otros, las moradas sean iguales. Ahí está la grandeza del Amor, en el que esas “injusticias” humanas desaparecen, convirtiéndonos en solidarios, en verdaderos hermanos. Amándonos como Dios nos dice.

Algunos tienen que empezar la casa desde el principio, desde la cimentación. Otros, ya vienen con la cimentación puesta, pues quizá la casa se haga sobre una roca. Éstos últimos, quizá necesiten menos ladrillos, pero porque han aprendido que en el sufrimiento está la salvación. Esa base, ya la tienen y hacen uso de ella.

Pero otros, con cimentación, llevan más ladrillos. Quizás estén cargando con el peso de otros para que también tengan su morada en el Paraíso.

Esto puede volvernos a parecer una injusticia, pero seguro que, si sabemos que alguien carga con nuestros ladrillos para que tengamos una oportunidad, ya no nos parece tan mala idea.

Pidámosles al Señor, que nos dé la fuerza y la inteligencia necesaria, para poder cargar con esos ladrillos, que no son otra cosa que los sufrimientos, y además, pese al esfuerzo, que nos sintamos alegres porque al final tendremos nuestro sitio junto a Él. Ahí estará nuestra recompensa. Nuestra salvación. Nuestro descanso en Él.

El Señor os bendiga.

sábado, 2 de julio de 2011

Corazones de Jesús y de María




El Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María. Dos fiestas que están unidas, como unidos están los Corazones de Jesús y María. Dicen que Jesús es el Camino, y María es el “atajo”.

Como ya sabemos, no celebramos estas fiestas de los Corazones, como corazones de carne en sí. Más bien, como corazón, sinónimo de Amor. Amor en el que todos entramos. Es decir, todos estamos dentro en el Corazón de Jesús; todos estamos inmersos en el Amor de Jesús. Todos cabemos en ese corazón; en ese Amor infinito. Dice el Evangelio: “Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla” (Mt. 11,25) Y más adelante dice: “…aprended de mí, que soy manso y humilde corazón…” (Mt. 11,29). Esto quiere decir, que el Señor nos quiere sencillos y, sobretodo, humildes. Por eso, María es nuestro mejor ejemplo. Ya lo dice María en el canto del Magnificat: “…dispersó a los soberbios…” (Lc. 1,51). Jesús nos llama hoy al Amor, y la soberbia es el pecado que nos impide amar de verdad. Si no amamos a los demás, no podemos amar a Dios. No es Él quien nos aparta, somos nosotros los que nos apartamos, renunciando de esta forma, a entrar en su Corazón, en su Amor, en su Misericordia.

…Su madre conservaba todo esto en su corazón” (Lc. 2,51). ¿Quién mejor que Ella para que le confiemos nuestras cosas? Nuestra Madre, nuestra intercesora, nuestra compañía. María.

La Virgen nos invita a que profundicemos y conozcamos nuestro propio corazón. Nos invita a esforzarnos para que nos acerquemos cada día más a su Hijo. Ella, siempre está dispuesta a ayudarnos, como buena Madre. Su Corazón, sin pecado, sin mancha, es el que mejor podemos imitar. ¡Cuánto Amor tiene nuestra Madre, que no cometió pecado alguno!

Todo se basa en el Amor. La unidad de la que carecemos, no es que se base, es que se fundamenta en el Amor. Sin embargo, al parecer, nosotros preferimos dejar de amar, preferimos sobresalir por encima de todos, creyéndonos mejores, y queriendo obtener nuestra propia gloria, y alabanzas por parte de los demás. Quizá, esta soberbia, es la que aborrece Jesús, cuando se refiere a “sabios y entendidos”.

Por eso, queremos pedir a Jesús, por medio de María, que nos ayude a tener un corazón de carne, que rompa la coraza que tenemos en nuestro interior, y que el amor que, seguro, todos tenemos, podamos darlo a los demás, y podamos recibir el amor que otros quieran darnos. Que de verdad tengamos unidad, y cada día esas rupturas que tenemos, se vayan cosiendo y pegando. Todos necesitamos de todos. Nadie es más que nadie. Sólo Dios es todopoderoso, sólo Dios es imprescindible en nuestras vidas, sólo Dios es el único merecedor de la Gloria.

domingo, 26 de junio de 2011

Corpus Christi

Hoy celebramos la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Jesucristo.

Cuando termina la Consagración, y se ha producido la transubstanciación, es decir, el pan y el vino, se convierten en Cuerpo y Sangre de Cristo, el sacerdote nos dice con voz firme: ¡Éste es, el Sacramento de nuestra fe". Y verdaderamente es así.

Todos los días, se produce este milagro glorioso, en el que Jesús quiso quedarse con nosotros de forma sacramental. Pero hoy; celebramos solemnemente, que Cristo, en su infinita misericordia, en su infinito Amor, se queda con nosotros "hasta el fin del mundo".

Jesús Sacramentado, es el alimento que nos da la vida. Puede parecer frase hecha, pero tenemos ejemplos en los santos, como Santa Catalina de Siena, que Jesús Sacramentado era el único alimento que ingería durante la Cuaresma.

Es cierto, que es el Sacramento de nuestra fe, o el Misterio de nuestra fe. Pero también creemos que Jesús se hace presente en la Eucaristía, por la fe que Él nos regala.

Ya el jueves, en ciudades como Sevilla, Granada o Toledo, el Señor salía a la calle. Hoy, lo hace en el resto de lugares españoles. Y es que, si creemos en la Eucaristía, creemos que es el mismo Jesús el que sale a la calle, se reúne con su pueblo y va derramando bendiciones y misericordia en todos sus hijos. Unos las tomarán. Otros, en su libertad, no.

Hoy, después de la celebración de la Eucaristía, Jesús salía a la calle. Sonaba el himno nacional cuando el Rey de Reyes, estaba bajo el umbral de la puerta principal del templo. Poco a poco iba adentrándose, como queriendo reencontrarse con nosotros. ¡Lástima que algunos no quieran verlo! ¡Lástima que algunos, no sepan quién es!. Siempre digo, que cuando lo veo en su templete este día, paseando entre nosotros, se me viene a la cabeza lo que dijo Bartimeo: "Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí".

Hoy, sentí tristeza, porque la soberbia y prepotencia del hombre, quiso restar protagonismo al mismo Dios en la procesión que he vivido. Pero esto no va a impedir, que quiera darle gracias una vez más, porque Él se ha quedado con nosotros. Por su Misericordia. Es un día para alabar a Dios, para adorarlo, para darle Gloria.

¡Bendito y alabado sea Jesús!.
¡El único merecedor de la Gloria, la Honra y el Honor!.
¡Gracias Señor, por quedarte con nosotros!

Que Jesús Sacramentado, os colme de bendiciones.

sábado, 18 de junio de 2011

Santísima Trinidad

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMEN.

Así iniciamos nuestra vida cristiana; pues somos bautizados en el nombre de la Santísima Trinidad y con la señal de la Cruz. De la misma forma, iniciamos la Santa Misa, somos perdonados cuando nos confesamos, nos ponemos a orar... Y es que, el centro de nuestras vidas, el único que es imprescindible, y el único que nunca nos falla es DIOS.
El mismo Dios, en la persona del Padre. El mismo Dios, en la persona del Hijo. El mismo Dios en la persona del Espíritu Santo.
Este es el gran Misterio de nuestra fe.

El Padre; es el Creador, el padre bueno, Abba (papaíto).
El Hijo, es el Redentor, el que nos salva y da su vida por nosotros. Jesús, el que creemos conocer más.
El Espíritu Santo; al que se le atribuye la Santificación. Con sus dones, nos santifica porque nos acerca más al Hijo.

Pero las tres personas obran por AMOR. Por eso DIOS es AMOR.

El Padre nos crea, por Amor. El Hijo nos redime, por Amor. El Espíritu Santo nos santifica, por Amor. Sin esta causa, nada tiene sentido. Y sin embargo, no nos damos cuenta de esto.

¡Cuanta paciencia tiene Dios con nosotros! ¡Qué débiles somos! Pero Dios lo sabe, y nos ha dado la mejor arma: la Oración.

La oración nos hace intimar más con Dios, la oración nos fortalece para seguir en nuestro día a día, la oración nos ayuda a entender más los misterios de Dios, la oración hace que nos ayudemos unos a otros, la oración sana... Pero hay personas que no conocen a Dios, otras lo conocen pero no quieren saber nada de Él, y otros; aunque lo conocen, no "oramos" lo suficiente. Pero todos necesitamos de la oración. Por eso, hay personas que se han dedicado por entero a la oración. Es lo que llamamos vida contemplativa.
Hoy es el día PRO ORÁNTIBUS, es decir, el día dedicado a los contemplativos; a los monjes y monjas que dedican sus días a orar por nosotros, a orar por los demás.

Y damos gracias a Dios por ellos, por haber permitido que estos hermanos nuestros, hayan dejado todo por Amor a Dios, y por Amor a los demás, que se demuestra con su oración.

¡Gloria al Padre! ¡Gloria al Hijo! ¡Gloria al Espíritu Santo!

domingo, 12 de junio de 2011

Renuévanos con tu Espíritu Santo. Pentecostés 2011


Hoy es el gran día. Hoy se cumple la promesa de Jesús: "Sin embargo, os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré" (Jn. 16,7)

El Espíritu Santo desciende para quedarse con nosotros. Nos regala sus dones, nos consuela, nos defiende, nos acompaña, nos orienta... Pero nosotros, que confiábamos en Jesús, lo esperábamos y, por tanto, llevábamos unos días invocándolo, llamándolo para que hoy llegara con su poder sobre todos. En estos tiempos difíciles que vivimos, necesitamos de sus dones y carismas para nuestro bien, y para el bien de los demás cuando los ponemos al servicio de ellos.

Necesitamos la acción sanadora del Espíritu Santo para que cure nuestras heridas, nuestras enfermedades, nuestras envidias, soberbias, faltas de perdón... en definitiva, nuestras faltas de amor.

Necesitamos de Él, porque ante la impotencia de nuestros desiertos, ante la incapacidad de nuestra imperfección humana, no podemos levantar este mundo, que nosotros mismos estamos hundiendo. Nosotros solos no podemos, no somos nada si no es con la ayuda de Dios, en este caso, en la Persona del Espíritu Santo.

Le pedimos en este día glorioso, que descienda sobre nuestras familias. Por ahí es donde debe empezar la labor unificadora. Este núcleo que cada día se deshace y se pudre más por la falta de amor y unión. Y esto, claro está, repercute en nuestra vida social y laboral, en nuestra vida de comunidad parroquial, en nuestra vida de grupos de oración... Pero sabemos que, aunque el enemigo parezca ganarnos terreno, Dios no permite que se apodere de sus Hijos y de su bendita Iglesia. Por eso, con nuestros defectos, nuestras carencias e imperfecciones, los que creemos en Dios, esperamos y confiamos en la acción del Espíritu Santo, para que nos ayude en la batalla.

Nunca entenderemos cuánto nos ama Dios, pero con la presencia y ayuda de la Tercera Persona de la Trinidad Beatísima, nos acercamos un poco más a Él.

Que el Espíritu Santo nos regale sus dones; que nosotros sepamos reconocerlos como suyos, y no nuestros. Asimismo, sepamos ponerlos al servicio de los demás, con humildad y sencillez, creando poco a poco esa unidad que tanto necesitamos. Que su Amor se derrame en nosotros, y tengamos el corazón abierto para recibir todo lo que quiera regalarnos hoy.

Que el Espíritu Santo os colme en este día de Pentecostés.