jueves, 24 de febrero de 2011

La mentira

El pecado original fue la soberbia del hombre, el querer ser como Dios, conocedor del bien y del mal (Gn. 3,4). Pero este pecado fue inducido por una mentira (Gn. 3,13).
Hay muchas clases de mentiras, pero lo que no podemos negar es que la mentira, sea cual sea, nos ata. Como pecado que es, nos quita la libertad.
La persona que miente, queda intranquila, por temor a que se descubra que lo que dice no es verdad. Por otro lado, la persona a la que se ha mentido, por regla general, tiende a desconfiar de la persona que le mintió. Es decir, que por una mentira podemos quedar bien, pero tarde o temprano nos descubren, entonces es cuando nos acusan de haber obrado mal, perdemos la confianza depositada en nosotros.
Varias frases hemos oído alguna vez ante el descubrimiento de la mentira: "Las mentiras tienen las patas muy cortas", "se coge antes a un mentiroso que a un cojo"...

Todos sabemos que el padre de la mentira es el diablo; por eso, como procede de él, crean angustias, desconfianza, rompen la relación de amistad, familiar, comunidad... y el Señor denuncia la mentira como acto diabólico (Jn. 8,44), precisamente por lo que decía antes, por provenir de donde proviene.
El mentiroso se vuelve esclavo dela mentira. Vive una vida llena de pretextos, escusas, temores; se vuelve más soberbio, no quiere aprender, no es servicial, el sentimiento de culpa le corroe, no está en paz y quita la paz, etc.

Pero no sólo se miente diciendo mentiras. Callando y ocultando las cosas, es también una forma de mentir, pues no dice la verdad. Esto es, el mentiroso no es claro, y sin querer se delata en el día a día porque no es capaz de mirar a los ojos por temor a ser descubierto. Vive en esa agonía de intentar tapar lo que quiere ocultar. A veces, cuando veo que hay tanta mentira y que ya es difícil mantenerla toda, suelo equiparar esa suma de mentiras con una mesa muy larga, como para doce comensales; y se quiere tapar con una simple servilleta. Como es normal, no se puede, es materialmente imposible. Por tanto, al final se termina por descubrir la verdad. Esto lo podemos ver en el libro de los Proverbios: "La justicia del inocente le allana el camino, el malvado cae en su propia maldad" (Prov. 11,5) El mentiroso termina delatándose él mismo.

Pero lo peor de todo es el daño que se hace con la mentira a los demás. En ocasiones, pienso que no somos conscientes de esto. En el mismo libro de los Proverbios, capítulo 11, versículo 9, nos dice: "El malvado arruina a su prójimo con la boca, pero los justos se salvan por su saber". En este apartado de la mentira, entran los chismes, rumores, las propias mentiras (en el sentido literal de la palabra)...

Si para colmo, el VIII Mandamiento de la Ley de Dios, nos dice "No dirás falsos testimonios ni mentirás"; ¿por qué se miente?. La respuesta es clara, hemos sido tentados en algunas ocasiones, pero en nuestra libertad hemos optado por consentir la tentación y llevarla a la práctica. Pero, ¿qué ganamos con mentir?

Muchas veces decimos que "con la verdad se va a todas partes". Y, valga la redundancia, es una maravillosa verdad. Estamos tranquilos, no tememos a nada ni nadie, nuestra conciencia está limpia, no dañamos a nadie, y pueden confiar en nosotros.

El que miente rechaza la verdad. Si la Verdad es Cristo, lo rechaza a Él. Por tanto, seamos sinceros y sigámosle, que es el que nos da la Paz.

El Señor os bendiga.

domingo, 6 de febrero de 2011

La vocación

Por iniciativa de un gran Amigo, y aunque no corresponde con el Evangelio del día, hoy traigo una pequeña reflexión sobre una cita de Mateo. Se trata de Mt. 4, 18-22. Para que no exista lugar a distintas interpretaciones bíblicas, está sacada de la Biblia de la versión oficial de la Conferencia Episcopal Española.

"Paseando junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores. Les dijo "Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres". Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron".

Siempre que escuchaba o leo esta cita, me imaginaba que los apóstoles quedaban como hipnotizados por la presencia de Jesús y lo seguían. De esa forma dejaban sus redes, su barca y, en el caso de Santiago y Juan, incluso a su padre. ¡Qué cara se le quedaría a Zebedeo! Pero Jesús sabía lo que hacía. Él que se humilló, siendo Dios, se hizo hombre. Y no es casualidad que eligiera personas humildes, pescadores que no sabían más que de su trabajo. Conocían el mar, sus oleajes, su belleza, su traición, la pesca según la climatología, las redes, tejerlas... pero nada más. Sin embargo quiso que estos hombres pobres, fueran los que llevaran la Buena Nueva al mundo entero.

Meditando un poco sobre la cita, sobre la llamada, sobre la vocación de estos apóstoles, pensé que "inmediatamente" no era en el sentido literal. Al igual que nosotros, cuando somos llamados por Dios a ser sacerdotes, religiosos, laicos... no lo hacemos inmediatamente, porque requiere oración, dudas, consultas, noches de insomnio... Pero lo que he visto claro, y es una opinión personal, es que dejar inmediatamente las redes, la barca, su padre; es dejar aquello que nos pueda atar a llevar a cabo la misión que Dios nos encomienda. El trabajo de los apóstoles era ser pescadores. A veces nuestro trabajo (redes, barca), nuestra familia (su padre), la sociedad, el mundo, la rutina, el día a día, nos envuelve de tal manera que nos impide, no sólo hacer lo que Dios quiere que hagamos, sino, incluso, acercarnos a Dios. No quiere decir que dejemos nuestros trabajos, pero, sea cual sea nuestra llamada, nuestra vocación, es conveniente no dejarnos llevar por lo que nos rodea. Hay excepciones, como por ejemplo los/las monjes/monjas o sacerdotes, que su trabajo, su misión es ser auténticos apóstoles. Por eso no pueden tener otro trabajo que les entorpezca su labor. Viven únicamente para evangelizar, para anunciar el Evangelio. Pero no es sólo labor suya, los laicos también debemos hacerlo, incluso en nuestro trabajo, en nuestras familias, con nuestras amistades, con nuestro ejemplo sincero y verdadero.
Cada uno estamos llamados de una forma distinta, y nuestra forma de evangelizar es distinta. Pero el fin debe ser el mismo. Cada uno debe saber a qué está llamado, y lo que debe dejar en el camino para acudir a su llamada.

Aprovecho para pedir al Señor por las vocaciones sacerdotales y religiosas que tanta falta nos hace. Son un cayado importante en el que nos apoyamos de vez en cuando.
Hoy nos dice su Palabra, que debemos ser sal y luz del mundo. Pues que Él, que es la verdadera Luz del mundo, nos ilumine el camino para que podamos ver lo que quiere de nosotros, que sepamos ver cuál es nuestra llamada y que, siendo dócil a su voz, sepamos desempeñar nuestra misión como Él quiere, siendo esa sal y esa luz del mundo.

El Señor os bendiga.

lunes, 31 de enero de 2011

Elecciones

En algún momento del año en nuestras parroquias, suele haber elecciones de distintos grupos parroquiales. Elecciones de hermandades y cofradías, de grupos de oración… y es normal. Cada cierto tiempo es bueno cambiar para así, dejar lugar a nuevas ideas, proyectos, ilusiones, aprendizajes…

No tengo nada en contra de las elecciones, ni tengo inconveniente en votar cuando hay que hacerlo. Sí discrepo en algunas cosas, pero que son casi inevitables, y eso es lo que traigo hoy aquí.

Las elecciones, sean del grupo que sea, van regidas por unos estatutos. Estos deben cumplirse nos gusten más o nos gusten menos. Son las normas que se nos ponen para el, en principio, buen funcionamiento., o para unir criterios. No vale hacerlo todo “en familia” si no vamos a cumplirlos, porque luego tendremos problemas.

Eso por un lado. Y por otro, aunque sean elecciones, en mi opinión no son para gobernar un ayuntamiento, región o estado. Los que se presentan, están para poder dar un servicio gratuito a la comunidad. Están para trabajar por Dios y por el resto de los hermanos. Y debe tener una serie de requisitos. Y me explico. Al igual que no todo el mundo sirve para ser cirujano cardiovascular, o mecánico de Fernando Alonso, o ser una gran estrella del baloncesto como Pau Gasol; de la misma manera no todos servimos para ser, monitores, servidores , responsables de grupos, hermanos mayores… En los casos que tratamos, jugamos con las almas de los demás. Sí, suena fuerte, pero podemos confundir a los demás llevándolos por el mal camino, o por el camino equivocado. Debemos presentarnos, si cumplimos esos mínimos requisitos, y ya está. Esto es, dejar el resultado en manos de Dios. Si no salimos elegidos, es porque Dios no ha querido, o porque no es nuestro momento. Pero lo que me revienta de verdad, es ver cómo se hacen campañas para ser elegidos. Gente que no te saluda, de pronto te saluda con una sonrisa y se paran a preguntarte cómo estás. En otros casos se convierten en “generosos” e invitan en su casa a comer, cenar, merendar… a otros hermanos con el fin de ganarse esos votos. En pre-elecciones, los “candidatos” se vuelven más simpáticos, generosos, amables, sonrientes, caritativos, salen a leer las lecturas en misa… hasta que consiguen su objetivo. Una vez que tienen el “poder”, vuelven a ser como antes.

¿A caso no es una contradicción? ¿Para quién trabajamos, para los demás o por nosotros mismos? ¿No parece un alimentar nuestro “yo” sin parar? A veces, después de unas elecciones, vemos el aparente triunfo del hombre. Y digo aparente, porque luego vemos los resultados. Quieren hacerlo todo ellos sin contar con Dios. De boca para fuera bendicen y dicen palabras bonitas, pero no son más que eso; palabras que se lleva el viento, como los fariseos. Que se note que estamos aquí. El protagonismo, el egoísmo, la envidia… son frutos podridos que dan este tipo de comportamientos. “Por sus obras los conoceréis” nos dice Jesús.

Si dejamos esto en manos de Dios, y que sea Él el que nos lleve, todo irá bien. Pese a que no seamos elegidos. Y, ¿por qué hacer campaña electoral si vamos a confiar en Dios, que es lo que vamos pregonando por ahí? Supongo que nos falta la humildad que predicamos de boca, pero que, con nuestro ejemplo, dejamos muchísimo que desear.

Pidamos al Señor esa humildad que necesitamos todos, y dejemos que se encargue Él de guiarnos. No nos empeñemos en hacerlo nosotros, porque nos iremos y, lo peor de todo, es que llevaremos a un montón de personas con nosotros, a la miseria espiritual.

Que el Señor nos bendiga y su Madre María Santísima nos acompañe siempre.

lunes, 24 de enero de 2011

Tenía que pasar

Hoy por la mañana necesitaba usar el coche porque tenía que hacer unas gestiones. Cuál fue mi sorpresa cuando no podía hacer contacto. La batería estaba bien, así que la avería debía ser otra.

Llamé al taller y al seguro para que viniese una grúa a recogerlo. Mientras tanto iba pensando que estaba fastidiado por no poder hacer lo que tenía que hacer; sin embargo mi preocupación no llegó a más. Simplemente pensé: "Señor, este impedimento me lo has puesto por alguna razón que desconozco. Tú mejor que nadie sabrás por qué". Se solucionó todo, se llevaron el coche y ahí quedó la cosa. Ahora debo esperar que me llamen del taller.

En estos pequeños detalles es donde comprobamos nuestro crecimiento. Si este imprevisto me hubiera pasado antes, en otro momento de mi vida, quizás me hubiera puesto nervioso, agobiado... pero no ha sido así. Sé perfectamente que el Señor no quería que hiciera estas gestiones hoy. Y aunque me sabe mal lo del coche, sé que las cosas pasan cuando Dios quiera; en su tiempo, no en el nuestro.

Quiero dar las gracias a Dios porque hoy, un día más, me fío de Él y acepto su voluntad cualquiera que sea; aunque solo fuese ese detallito del coche que tanto me aguó (aparentemente) el día.

El Señor os bendiga.

viernes, 14 de enero de 2011

Benedicto XVI beatificará a Juan Pablo II el 1 de mayo.

CIUDAD DEL VATICANO, 14 ENE 2011 (VIS).-Benedicto XVI presidirá el próximo 1 de mayo, en el Vaticano, II Domingo de Pascua, de la Divina Misericordia, el rito de beatificación de Juan Pablo II

En una nota informativa de la Congregación para las Causas de los Santos se afirma que "hoy, 14 de enero, durante la audiencia concedida al cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el Papa ha autorizado a este dicasterio a promulgar el Decreto sobre el milagro atribuido a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Juan Pablo II (Karol Wojtyla). Este acto pone fin al proceso que precede al rito de beatificación.

"Como se sabe, la Causa, por dispensa pontificia, comenzó antes de que transcurrieran los cinco años desde la muerte del Siervo de Dios, exigidos por la normativa vigente. Esta medida fue solicitada por la imponente fama de santidad de la que gozó Juan Pablo II en su vida, en la muerte y después de la muerte. Por lo demás, se observaron en su totalidad las disposiciones canónicas comunes acerca de las causas de beatificación y canonización.

"De junio de 2005 a abril de 2007 tuvieron lugar la investigación diocesana principal romana y las rogatoriales en diferentes diócesis, sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad y de milagros. La validez jurídica de los procesos canónicos fue reconocida por la Congregación para las Causas de los Santos con el Decreto del 4 de mayo de 2007. En junio de 2009, examinada la "Positio", nueve consultores teólogos de la Congregación dieron su parecer positivo sobre la heroicidad de las virtudes del Siervo de Dios. En noviembre, siguiendo el procedimiento habitual, la misma "Positio" fue sometida al juicio de los cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos, que se expresaron con sentencia afirmativa.

"El 19 de diciembre de 2009, el Sumo Pontífice Benedicto XVI autorizó la promulgación del decreto sobre la heroicidad de las virtudes.

"En vista de la beatificación del Venerable Siervo de Dios, la postulación de la causa presentó al examen de la Congregación para las Causas de los Santos la curación de la "enfermedad de Parkinson" de la hermana Marie Simon Pierre Normand, religiosa del Institut des Petites Soeurs des Maternités Catholiques.

"Como es habitual, las numerosas actas de la investigación canónica, regularmente instruida, junto con los detallados exámenes médico-legales, se sometieron al examen científico de la Consulta Médica de la Congregación para las Causas de los Santos, el 21 de octubre de 2010. Sus expertos, tras haber estudiado con la habitual minuciosidad los testimonios procesales y toda la documentación, se expresaron a favor de que la curación era científicamente inexplicable. Los consultores teólogos, tras haber revisado las conclusiones médicas, el 14 de diciembre de 2010 procedieron a la valoración teológica del caso y reconocieron por unanimidad la unicidad, la antecedencia y la invocación coral dirigida al Siervo de Dios Juan Pablo II, cuya intercesión había sido eficaz para la curación milagrosa.

Por último, el 11 de enero de 2011, se celebró la Sesión Ordinaria de cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos, que emitió un fallo unánime y afirmativo, considerando milagrosa la curación de la hermana Marie Simon Pierre, en cuanto realizada por Dios de modo científicamente inexplicable, después de interceder al Papa Juan Pablo II, invocado con confianza tanto por la misma persona curada como por muchos otros fieles".


Información: Oficina de Prensa de la Santa Sede.

http://press.catholica.va


viernes, 31 de diciembre de 2010

Feliz 2011

Queridos todos:

Se acaba el 2010 y toca hacer examen de conciencia. Hemos vivido desastres naturales, guerras, terrorismo, hambre, abortos, disputas, crisis, desencantos, enfermedades, desempleo... Yo no lo sé, pero quizás sea el fruto de lo que estamos haciendo.

Empiezan las listas de los buenos propósitos. Listas interminables, y da la sensación que tenemos mucha labor por delante. Sin embargo, en esa lista, no suelen aparecer cosas tan importantes, son más... podríamos denominarlas "superficiales", en la mayoría de los casos (empezar dieta, dejar de fumar, hacer deporte, salir menos, ahorrar más...) Una lista, que el día 2 o 3 de enero, ya se nos olvida cumplir. Pero quizás se nos olvide, porque sabemos que, verdaderamente esas cosas no nos darán ni un ápice de felicidad.

Yo voy a proponerme dedicar más tiempo del 2011 a Dios y a los demás. Sonará muy bonito, y a tópico barato, pero es lo que creo que debo hacer.

Todo lo que hayamos hecho mal o regular en el 2010, es hora de ponerle solución, y dejar atrás los malos momentos, para, cargados de optimismo y fortaleza, empezar un año nuevo con, al menos las ganas, de no volver a errar en los mismos temas y mucho menos, hacer daño a los que nos rodean.

Doy gracias a Dios por todo lo bueno que me ha dado en el 2010, por haberme dado un año más de vida, y por las cosas malas que me sucedieron y todas las que me quitó; porque me doy cuenta que no me convenían y que era lo mejor que podía pasar.

También le pido que nos siga mirando con su infinita misericordia. Sabemos que siguen viniendo momentos difíciles, por eso le pido que no aparte sus ojos de nosotros. Que nos haga ver nuestros errores, que sepamos pedir perdón, que seamos más humildes, y que su Espíritu Santo nos dé los dones que necesitemos en cada momentos para Gloria suya y bien de nuestras almas, y especialmente, Caridad para con los demás.

Gracias a todos, por visitarme y por compartir vivencias, reflexiones, oraciones...
Os deseo a todos, de todo corazón, y con mi cariño más sincero, un buen final de 2010 y un feliz año 2011.

El Señor os colme de bendiciones.

martes, 28 de diciembre de 2010

Inocentes

Hoy, 28 de diciembre, celebramos la festividad de los Santos Inocentes. Pero no sólo recordamos cuando Herodes mandó matar a todos los niños de dos años para abajo. Hoy día, además de tener la crueldad de los "Herodes" del siglo XXI, tenemos a estas madres que quieren matar a sus hijos, sea la razón que sea.
Por eso queremos hacer una especial petición en este día tan señalado.

Pedimos por estos niños, por la matanza actual de estos Santos Inocentes de nuestros días. Y pedimos también por las madres que deciden abortar, matar a sus hijos. Asimismo, pedimos por las familias de estas madres que abortan y que apoyan los abortos. Para Dios nada hay imposible, por eso le pedimos que entre en sus corazones por cualquier rendija, y les haga ver la realidad de lo que están haciendo.

Hoy nuestra oración es por ellos.
Que el Señor os bendiga.

lunes, 20 de diciembre de 2010

¿Mi verdad?

Hay muchas frases que hablan acerca de las mentiras, como por ejemplo: Se coge antes a un mentiroso que a un cojo, o las mentiras tienen las patitas muy cortas, entre otras muchas.
Desgraciadamente, porque el público así lo queremos, en la televisión, estamos siendo bombardeados con programas en los que nos cuentan la vida de muchas personas; historias de sus vidas profesionales, de sus vidas privadas, de lo que hacen o hicieron un día. Todos nos creemos jueces y dignos de juzgar, opinar y meternos en las vidas ajenas. Precisamente, en estos programas, y como consecuencia de ello, en nuestras vidas; vamos hablando de los demás, criticando, y sobretodo diciendo frases que me hacen tanta gracia como "yo cuento mi verdad". Y digo yo, ¿qué es eso de mi verdad? ¿Se da el caso quizás que hay varias verdades? Si la verdad solo puede ser una. Podemos tener distintos puntos de vistas según nuestro carácter, nuestra educación, nuestros estudios, nuestras experiencias personales... pero la verdad seguirá siendo la misma. Si una planta tiene las hojas verdes, la verdad es esa, que tiene hojas verdes. Sin embargo podemos ser daltónicos y no distinguir el color, pero sabemos que es verde. Podemos ver la planta de noche, a oscuras y verle el color casi negro, pero sabemos que es verde.

Si mentimos a los demás, crearemos desconfianza en ellos. Difícilmente volverán a creernos. Si mentimos, más tarde o más temprano, se descubrirá que no hemos dicho la verdad. Entonces, ¿por qué mentimos?. Quizá para que no se sepa que hemos hecho algo malo, para aparentar que somos buenos cuando no lo somos. Puede ser también que busquemos un beneficio, es decir, una remuneración inmerecida, o un protagonismo que no nos corresponde, un poder que queramos tener producido por nuestras envidias, soberbias o celos... esto es, un nutrido grupo de escusas que, como podemos comprobar, en su inmensa mayoría, no tienen una finalidad buena.

Por eso mismo, entre otros calificativos, conocemos al diablo como "el mentiroso". Él es el que nos está tentando constantemente a mentir, aunque cierto es que él sólo tienta, la mentira es culpa nuestra porque hemos caído en su trampa, en su mentira. Recordemos que "no permitirá Dios que seáis tentados más allá de vuestras fuerzas". Será muy difícil, a veces, luchar contra la tentación (de mentir o cualquier otra), pero no será imposible. De nosotros depende que la venzamos y superemos las pruebas que Dios permite en nuestras vidas, con el único fin de fortalecernos en la lucha diaria.

Que el Señor, que está a punto de nacer, que es la VERDAD por excelencia, nos dé la fortaleza para vencer a la mentira. Y María Santísima del Adviento, nos cubra con su manto y nos proteja de todo mal, Ella que es Inmaculada y cuyo ejemplo debemos seguir.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Mi Retiro de Adviento

Para el día de hoy tenía tres ofertas de retiro de adviento. Quizá no sea casualidad que fuesen tres. Lo interpreto como que Dios, la Trinidad Beatísima, me invitaba a que fuese a uno de ellos, ya que no podía ir a los tres. Es como una invitación a que estuviese con Él, pero una invitación hechas tres veces, muy recalcada. Y a su vez, como si Dios me dijera que en tres sitios distintos iba a estar y que no podía faltar. Y pensando cuál podría ser, me decanté por uno. Desde el momento que tomé esa decisión, sabía que era la acertada.

Mis tres opciones eran: Retiro Diocesano de Adviento de RCC -movimiento al que pertenezco-, Retiro Parroquial de Adviento de la parroquia de un sacerdote muy AMIGO mío. Y Retiro Parroquial de Adviento de la parroquia a la que pertenezco.

Finalmente, fui a la que menos pensaba en un principio, al de mi parroquia. Algo me decía que había tomado la decisión correcta. Bueno, algo no, ALGUIEN.

Estábamos un nutridísimo número de jóvenes, cosa que me alegra porque ellos está cada vez más implicados en la paroquia y aumentan a medida que pasan los años. A parte sólo estábamos seis adultos (sacerdote incluido). Esto me dio mucha pena, porque veía la falta de compromiso del resto de fieles; pero no con el párroco, sino con Dios, porque al final íbamos a estar con Él y, por supuesto, con María. De hecho, celebrábamos el retiro el el santuario donde reside nuestra patrona, Nuestra Señora de la Luz. ¡Qué mejor sitio que acompañando a quien dará a Luz al Rey de Reyes!.

Fue sencillo, tranquilo y, pese a ello, era lo que Dios quería para mí en este día. Rodeado de niños, de inocencia, travesuras y de sus voces, porque forman el coro parroquial.

El Señor me retiró de verdad con Él, me apartó de lo que no me convenía en estos momentos y, en vez de permitir que alguien intentara quitarme la paz, Él me dio la suya. Y es que al final, Dios está verdaderamente en lo sencillo.

Después de una pequeña charla del sacerdote, tuvimos Exposición y Adoración del Santísimo. En la Adoración, los niños marcharon a un "cantoforum", donde iban a sacarle jugo a una canción que sonó al principio del retiro. Analizarían la letra y cada uno daría su opinión relacionada con el tiempo litúrgico que vivimos. Así que quedamos cinco adultos, y pasados cinco minuto, tres y luego dos. Me entristeció ver cómo íbamos dejando sólo al Señor, pero fue una tristeza momentánea. Parece que encontraba otra razón por la que Dios quería que viniese a este retiro y descartase las otras dos opciones. Y es que si no venía, quedaría allí Él sólo. He de decir, que la otra persona que quedaba conmigo era mi madre, por eso quedaría sólo. Así que mirad qué regalo más grande nos tenía preparado el Señor: Nos dio su Paz, nos regaló una Adoración a solas con Él, y nos fuimos llenos de alegría.

Que el Señor nos siga dando lo que necesitamos en cada momento, porque Él mejor que nadie sabe de nuestras necesidades.

María, Reina del Adviento, ruega por nosotros.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Adviento

Hoy hemos celebrado la Fiesta de la Medalla Milagrosa. También se celebraba la Vigilia de Oración convocada por el Papa Benedicto XVI por toda vida humana naciente. Y coincidiendo con estos dos acontecimientos, comenzamos el Adviento.

Todos sabemos que el adviento es tiempo de esperanza. Esperanza porque ansiosos esperamos que el Hijo de Dios nazca en nuestro interior como lo hizo en Belén. Esperamos la Luz del mundo, la Luz por excelencia; más fuerte y poderosa que el mismo sol. La Luz que nos da la Vida, que nos ilumina en nuestro caminar, que aleja de nosotros toda oscuridad y tiniebla, la Luz que sana nuestros corazones heridos, la Luz que nos trae la verdadera paz y felicidad, la Luz que aclara nuestras ideas, la Luz que nos llena de Amor.

Queremos acudir en este tiempo, especialmente a María. Ella vivió el primer Adviento. ¿Quién mejor que Ella supo esperar al Señor? Ella que, además de dar a luz, dio la Luz al mundo.

Pero en el adviento, al igual que María, debemos tener una buena disposición, porque no todo es "bonito". Es decir, el adviento es esperanza, pero también es preparación para el sufrimiento, el rechazo, el dolor... Ella temía ser rechazada, Ella también se preparaba para la pobreza, es más, tuvo a su Hijo en un establo. Así nosotros, en nuestras vidas, tenemos que enfrentarnos -y hoy día más que nunca-, a todas estas situaciones. Nadamos contracorriente, pero no por ello nadamos equivocadamente. Seguir al Señor es seguir el camino correcto.

Voy a compartir una pequeña vivencia que he tenido, o mejor dicho, una percepción mía.
Llegando este tiempo, empezamos a preparar todo para la celebración de la Navidad. Antes todo era distinto, el llamado "espíritu navideño" se respiraba en estas fechas cercanas. Hoy día, cada vez hay menos cosas que nos centre la Navidad en lo que verdaderamente es. Cada año hay más adornos, más más menús para las cenas y comidas, más decoración de mesas (con las vajillas, cristalerías...) y todo se va enfocando a eso. Pero sólo a eso. En casa siempre hemos puesto el "Belén" o "Nacimiento" pero cada año encuentro menos cosas para ello en los grandes almacenes. Recuerdo cuando ponían el "Belén" y me gustaba contemplarlo. Ahora ya no lo ponen. Pero eso si; juguetes, consolas, videojuegos, cristalerías y "Papanoeles"... los que quiera. Es como si quisieran obligarnos a celebrar la Navidad a la forma "laicista" y no a la Cristiana.

Dicho esto, me gustaría pedir, en esta nueva oportunidad que nos brinda Dios, que su Hijo llene de Luz el mundo. Este mundo que poco a poco vamos oscureciendo con nuestras envidias, soberbias, egoísmos, prepotencias, abortos, poderes absurdos, malas palabras, y otros actos sombríos y tenebrosos. Él es el único que puede cambiar nuestros corazones para que, de verdad podamos construir su Reino.


Oración a la Virgen del Adviento

María, Virgen del Adviento, esperanza nuestra
de Jesús aurora, del cielo la puerta
Madre de los hombres, de la mar estrella,
llévanos a Cristo, danos sus promesas.
Eres, Virgen Madre, la de gracia llena,
del Señor la esclava, del mundo al Reina.
Alza nuestros ojos hacia tu belleza,
guía nuestros pasos a la vida eterna.
Amén.


María del Adviento, ruega por nosotros.