sábado, 1 de mayo de 2010

Mayo. Mes de María

Ya sabemos todos que hoy empezamos el mes de mayo, y que el mes de mayo es sinónimo de mes de María; el mes que la Iglesia dedica a la Santísima Virgen. Y qué curioso que además, este año se inicia en sábado. Día de la semana que dedicamos a nuestra Madre. Día en que los blogueros, por iniciativa de nuestro amigo y hermano Angelo, rezamos el Rosario bloguero unidos.
Recuerdo que, cuando que era un niño, mi madre hacía un pequeño altarcito en este mes, con una pequeña imagen de la Virgen de Fátima, y lo adornaba con velitas y flores. Mi hermana y yo, nos poníamos delante y cantábamos aquella canción que decía "Venid y vamos todos, con flores a porfía, con flores a María, que Madre nuestra es". Siempre lo recordamos con mucho cariño. Hoy le doy las gracias a mi madre por ello.

Actualmente, cantamos también otras canciones marianas. Nuestras decoraciones y altarcitos cambiaron también (pienso que para mejor). Y nuetras oraciones, aunque cambiaran, espero que sigan llegando a la Virgen con el amor y la inocencia de aquellos niños que fuimos una vez.
En este mes podemos reflexionar, más detenidamente, sobre los misterios de la Virgen; cómo se comportó Ella ante las distintas situaciones: La Anunciación y Encarnación, la Visitación a su prima Isabel, el Nacimiento de Jesús, La Presentación del Niño en el templo, Jesús perdido y hallado en el templo, la Profecía de Simeón, la huída a Egipto, el encuentro con su Hijo en la Vía Dolorosa, la Crucifixión, el Descendimiento y la Sepultura de Jesús.
Así, también, podemos reflexionar sobre los dogmas de la Virgen: Su inmaculada concepción, su divina maternidad, su virginidad perpetua y su asunción a los cielos.
Tenemos infinidad de temas marianos para reflexionar y orar. Inumerables oraciones para rezar. Pero que, al menos un mes al año, le dediquemos especial atención a María, Madre de todos los hombres. Ella está constantemente intercediendo ante Dios por nosotros. Somos sus hijos. Que de verdad sepamos quererla, tratarla, hablarle, tener detalles con Ella, como nuestra Madre que es.

Que María Santísima nos cubra con su manto y nos proteja siempre de todo mal.
Que su Hijo, nuestro Señor, nos bendiga.

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