El Señor nos envía a evangelizar. A veces, para hacer las
cosas medianamente bien, hay que descubrir la verdad que está oculta. Cuando lo
hacemos, nos puede entrar el miedo, o la preocupación por las consecuencias que
pueda traer: problemas, habladurías, envidias, falsos testimonios hacia nuestra
persona… Sin embargo, el Señor nos dice: “No les tengáis miedo, porque nada
hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a
saberse”. Y es que nada sucede sin que el Padre lo permita.
El
Señor, por predicar la verdad, padeció la Pasión y Muerte. Luego, triunfó, venció a la
muerte, al pecado y está sentado a la derecha del Padre. Él siempre está a
nuestro lado para ayudarnos, y nos recuerda: “Si uno se pone de mi parte ante los
hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo”. ¿Nos parece poca ayuda? Nos está prometiendo la Salvación. Pero
pensamos que con la mentira alcanzaremos “nuestra” gloria personal por la vía
rápida.
En el Evangelio de este domingo, el
Señor nos envía predicar la Buena Noticia ,
alentándonos a ello: “Y si en un lugar no
os reciben ni os escuchan, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para
probar su culpa”.
Pero para hacer todo esto, debemos
tener puesta nuestra confianza en Él. ¡Qué difícil nos puede resultar en
ocasiones! ¡Ay!, si tuviéramos fe, tan sólo, como un granito de mostaza… El Señor nos lo pone muy fácil, pero esa vía
rápida nos engaña y nos hace autosuficientes, ignorando que sin Dios no podemos
nada, pero con Él lo podemos todo. Su fidelidad es grande y no nos fallará
jamás.
Contamos con la ayuda del Espíritu
Santo, de María, de armas como el Santo Rosario, con un ejército de ángeles que
Dios nos envía para socorrernos… no estamos solos.
En este blog siempre encontrarás la
cita de Josué 19: “Yo te he mandado que
seas fuerte y valeroso. No temas ni
te acobardes, porque el Señor tu
Dios estará contigo dondequiera que
vayas.”
Por tanto, es algo que nos repite
constantemente: No temas, yo estoy
contigo. Entonces, ¿a qué esperamos?. Los miedos son provocados por el
enemigo, que nos inmoviliza, nos impide avanzar en la construcción del Reino,
nos empequeñece en las adversidades, nos hace débiles… Acudamos a la Santísima Virgen
María cuando seamos tentados con esos miedos. Con Ella a nuestro lado, el enemigo
no tiene nada que hacer.
Ave María, llena eres de gracia. Reina del Santo Rosario, por tus Dolores intercede ante el Padre, para que seamos capaces de llevar al mundo la Buena Nueva , y no tengamos miedo ni de ello, ni de lo que conlleva. Sé nuestro amparo, y protégenos bajo tu manto. Santa Madre de Dios; ruega por nosotros.
2 comentarios:
Gracias Rafa por compartir esta bella entrada y sí; muchas veces nos llenamos de miedo, pero el Señor nos dice: NO TENGAS MIEDO NI TE ACOBARDES, PORQUE YO ESTOY CONTIGO.
Te quiero compartir el enlace del premio Pasando el Testigo de mi amiga Laura, ojalá puedas pasar a ver la entrada: http://estrellitavidasi.blogspot.com.ar/2012/07/premio-pasando-el-testigo.html
Dios te bendiga.
Gracias Emma por tu comentario. Claro que entré a leer la entrada, de la que por cierto, voy a parafrasear algo que me ha gustado mucho "Vamos en una gran barca en la que El dirige el timón y debemos enfrentar tempestades, desafíos a veces desalentadores pero que al fin se vuelven fortalecedores en la fe porque comprendemos que al final siempre está Él con sus brazos abiertos".
Un abrazo y que Dios te bendiga.
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