viernes, 15 de agosto de 2025

Amor elevado al Cielo

Hay amores que no mueren.

Hay amores que no se entierran.

Hay amores que no se pudren en el sepulcro.

Hay amores que cuidan. 

Hay amores que no se explican. 

Hay amores que lloran oraciones. 

Hay amores que esperan en silencio. 

Hay amores que abrazan. 

Hay amores que acogen.

Hay amores que alimentan. 

Hay amores que sostienen. 

Hay amores que no huyen. 

Hay amores que se quedan. 

Hay amores que queman. 

Hay amores que sienten. 

Hay amores que no dudan. 

Hay amores que confían. 

Hay amores que no duelen. 

Hay amores que se celebran. 

Hay amores celestiales. 

Hay amores humildes. 

Hay amores fieles. 

Hay amores leales. 

Hay amores que escuchan. 

Hay amores que hablan. 

Hay amores que tocan. 

Hay amores de verdad. 

Hay amores que sanan el corazón. 

Hay amores que protegen. 

Hay amores que son Luz. 

Hay amores que alivian los Dolores. 

Hay amores que nos llenan de Esperanza. 

Hay amores que hay que elevar al Cielo, porque allí está su casa. 

Hay amores que son alma pura encarnada. 

Hay amores que no caben en el pecho. 

Hay amores que sólo pueden ser de una Madre.  

Hay amores que cuando los reconoces, sabes que está tocando la Gloria.

Hay amores tan sinceros que no caben en la tierra, y por eso el Cielo lo reclama.

Hay amores que son eternos... 

Hay una Madre que sólo puede dar Amor. 



15 de agosto de 2025 

75 Aniversario del Dogma de la Asunción 


jueves, 7 de agosto de 2025

¡Ay... los chismes!: Creciendo entre espinas


Para los amantes del chisme:


Mi vida es mía, y lo que pase en ella no les interesa a ninguno de ustedes. 

No soy ni su película, ni su novela, ni su entretenimiento.

Únicamente soy autor de mi propia historia. Dedíquense a ser los autores de las suyas propias, que yo no quiero ser ni el personaje secundario, ni el epílogo de las suyas. No, no me interesa para nada.

Pero si lo prefieren, sigan hablando, sigan criticando, sigan envidiando, sigan así, si su verdadera meta es continuar siendo infelices.

Cuando el chisme destruye lo que era sagrado:

Hubo amistades que parecían firmes, hasta que el veneno de las palabras susurradas empezó a filtrarse. No fue una discusión. No fue una traición directa. Fue el murmullo, el juicio disfrazado de preocupación, la mirada que no pregunta pero acusa.

Vayamos a la Biblia y veremos que Proverbios 16, 28 lo dice sin rodeos: “El perverso provoca contiendas, y el chismoso divide a los buenos amigos.”  

Y eso fue lo que muchos querían que sucediera. El chisme llegó como una sombra silenciosa, y lo que antes era confianza, podría ir convirtiéndose en distancia.

Pero hoy pongo límites. (Todos tenemos que ponerlos en algún momento). Hoy cuido mi vida como un jardín cerrado, más que antes. Acorazado sí, pero en el interior sigue un florido, colorido y luminoso jardín que muchos, la mayoría, no podrán ver. Porque las lágrimas del mártir riegan el jardín de la gracia eterna.

¡Qué hablen los que no saben! ¡Qué inventen los que no tienen paz! Por sus obras ya los conocemos. No hace falta más. Nosotros a lo nuestro: Oración y silencio, porque entre espinas, el alma evoluciona.

Los chismes no golpean. No gritan. Los chismes susurran. Y en ese susurro, destruyen.

Pero recuerda: La oscuridad de Getsemaní precede la Luz del sepulcro vacío.

Por eso sigo escribiendo mi historia con dignidad, porque no nací para ser parte del guion de otros.

Dios no une almas al azar. Dios une propósitos. Y todos, en nuestra libertad, debemos trabajar para ello.

Ustedes sigan intentándolo, que lo que el chismoso no sabe es que esto fortalece y están creando una gigante y, a la vez, silenciosa máquina de amar y crecer.

Porque cuando en estos casos pides ayuda a Dios, Él permite el sufrimiento. Porque sabe que el dolor, es el auténtico gimnasio del alma.


El Señor nos bendiga.