Muchas felicidades Madre. Hoy celebramos tu cumpleaños.
¿Quién le iba a decir a Ana, que iba a dar a luz a la dadora
de Luz?
¿Quién le iba a decir a Joaquín (Yahvé prepara) que la Niña de sus ojos sería la Madre de todos nosotros?
¿Quién te iba a decir María, que habías nacido para ser la Madre de Dios?
¿Quién te iba decir que en el Cielo se celebraría por todo
lo alto tu nacimiento?
¿Quién te iba a decir que tu corazón dulce e inmaculado,
albergaría tanto dolor?
¿Quién te iba a decir que ese mismo corazón guardaría tantas
cosas?
¿Quién te iba a decir la misión que Dios te había
encomendado desde que naciste? ¿Quién te iba a decir que serías la Alegría y la Intercesora de toda la
humanidad? ¿Quién te iba a decir que bajo tu manto nos protegerías?
¿Quién te iba a decir que serías la nueva Eva, la que nos
regalaría a la Salvación
hecha Hombre?
¿Quién te iba a decir que serías la Reina del Cielo; la Reina y Señora de todo lo
creado?
No debió ser fácil nacer para ser la Madre de Dios. Sin embargo, el gozo debió ser el más grande
que jamás tuviera persona en este mundo. Fuiste su ungida, permaneciste sin
mancha alguna, tu hermosura es tan grande como tu amor, fidelidad, comprensión,
bondad, paciencia… no tiene comparación ni límites.
Carezco de palabras para expresar toda tu grandeza, Madre.
¡Cuántas cosas por agradecerte! Y, ¿cómo te lo pagamos? En una semana
celebraremos tus 7 Dolores. A esos Dolores, tendrás que añadir nuestro pecado;
ver cómo desobedecemos a Tu amantísimo Hijo, cómo desaprovechamos las oportunidades
que Él nos pone al alcance de la mano día a día, minuto a minuto. ¡Qué
impotencia sentirás ante nuestro actuar! Pero no decaigas y sigue pisando la
cabeza de la serpiente, porque contigo a nuestro lado, no tiene nada que hacer.
María, que sepamos ser esclavos como Tú fuiste esclava del
Señor. Enséñanos a ser humildes y que sepamos vivir con auténtico gozo, la
celebración de tu glorioso nacimiento.
María, la más linda, celeste, bella y pura criatura; ruega
por nosotros.
1 comentario:
Ella es el mejor camino para llegar a Él, tomado de su mano vamos seguros, gracias.
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